Las seis monjas del convento cisterciense de Brihuega, todas ellas de entre 68 y 97 años, han sido evacuadas a raíz del incendio declarado en este término municipal y se encuentran momentáneamente realojadas, en perfecto estado de salud, en casa de una mujer que las asiste cada día.
Han sido las propias hermanas las que han dado la voz de alerta al ver que el fuego estaba cerca, incluso es posible que haya entrado algo en el propio recinto, de ahí que nada más enterarse, una de las cuidadoras voluntarias que cada día va al convento para atenderlas, haya cogido el coche hasta el convento para llevarlas a su casa, donde aún permanecen.
En declaraciones a Europa Press, esta cuidadora, que prefiere mantenerse en el anonimato pero que va cada día al convento para vestir y ayudar a las más ancianas, ha asegurado que están en perfecto estado de salud y que es previsible que en unas horas regresen al convento.
«Se han asustado un poquillo…», dice una de sus cuidadoras voluntarias de Brihuega
«Se han asustado un poquillo pero creo que estaba yo más asustada, y en todo caso, las más mayores casi estaban menos asustadas porque se dan menos cuenta de nada», ha indicado, para asegurar que «todo el pueblo se ha volcado».
El humo inicial es lo que hizo temer que el incendio fuera a más y que pudieran sufrir alguna intoxicación, y por eso se las llevaron a casa de esta mujer con la ayuda de voluntarios de Cruz Roja.
De las seis hermanas, tres son bastantes mayores pero otras tres se valen aún por si mismas; ahora, todas ellas están jubiladas pero hasta hace poco tiempo realizaban trabajos de artesanía.
Desde el Ayuntamiento ya han dispuesto un vehículo para que cuando quieran puedan regresar al convento.