Solo ha pasado una vez y quizás la foto no se repita. Fue en la apertura del Congreso Regional de CCOO CLM en diciembre del año pasado. Los asistentes quedaron boquiabiertos al ver tranquilamente sentados al consejero de Presidencia, Leandro Esteban, «la bestia negra» para el sindicato por el despido de interinos en la Junta; Emiliano García-Page, alcalde de Toledo, rival de Esteban y que tuvo una intervención muy crítica con el Gobierno regional; y… José María Barreda, después de meses desaparecido de la escena pública de CLM, contra cuyo Gobierno se ha querellado el de Leandro Esteban y amigo personal del protagonista del momento, José Luis Gil, que horas más tarde fue aclamado para continuar con las riendas de la organización. Cuando le preguntamos a Gil si consiguió sentar juntos el mismo día y a la misma hora a enemigos irreconciliables porque le quieren mucho o porque le temen más, él se limita a contestar que no es más que normalidad democrática. Y, por supuesto, es que «este sindicato tiene mucho poderío».
De ello y de la manifestación convocada pra el 16 de febrero habla en las próximas líneas y en la entrevista que publicamos en portada.
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Junto a Leandro Esteban, Emiliano García-Page y José María Barreda en la apertura del Congreso Regional que lo reeligió al frente de CC.OO. ¿Eso significa que le quieren todos mucho o le temen todos mucho y por eso van personas que no coinciden en ningún sitio más?
Eso significa que respetan todos mucho a Comisiones Obreras.
Pues esa escena no la ha conseguido nadie más.
Es que este sindicato tiene mucho poderío.
¿Se lo agradeció de alguna manera?
Hombre, yo creo que el respeto institucional requiere estas cosas. Pero que sea noticia que el Gobierno y el alcalde de Toledo estén en un congreso del mayor sindicato de esta región, ya dice algo de esta región. Para mí es normalidad democrática, no tiene más lectura.
“YO CREO QUE AL PRINCIPIO LOS EMPLEADOS PÚBLICOS NO SE CREÍAN LO QUE ESTABA PASANDO. ¡FUE TAL EL SHOCK!”
¿Qué prevé para la manifestación que los sindicatos han convocado el 16 de febrero?
Pues si es a tenor de lo que el Gobierno ha hecho y del estado de opinión del conjunto de los empleados públicos, pues… Una gran concentración. El Gobierno lleva criminalizando y castigando especialmente a los empleados públicos y a los servicios públicos y, en buena lógica, el 16 de febrero debería haber una expresión de ese rechazo que se palpa en los centros de trabajo. Yo creo que va a ser una gran manifestación que espero que el Gobierno esta vez sea capaz de entender y que no desprecie como ha hecho en otras ocasiones.
¿Cómo es la moral de la tropa en la Función Pública?
Hombre, yo creo que han pasado de la indignación a la acción y eso siempre es un paso importante. Yo creo que primero hubo una sensación de no creerse lo que estaba pasando. ¡Fue tal el shock de lo que el Gobierno empezó a hacer, que había incredulidad! Creo que pensaban de buena fe que a ellos no les iban a tocar este tipo de medidas, pero esto toca a todos y todo el mundo es susceptible de ser afectado. Espero que el Gobierno lea esa manifestación y se siente a negociar, pero si no presionamos no se va a mover.
¿Han conseguido algún avance en las conversaciones que mantenían con la Delegación del Gobierno de CLM para que se quitaran las multas de hasta 600 euros que se habían puesto en algunas ocasiones a manifestantes?
Tibios, muy tibios. Tengo precisamente pendiente un encuentro con el delegado del Gobierno para seguir hablando de esto, porque creo que hay margen todavía para que se haga un poco de justicia. Creo que es un disparate que se esté coartando de esa manera la libertad de tanta gente o que se esté coaccionando a través de la amenaza de la multa si te manifiestas para decir lo que piensas. Esto es casposo y peligroso.