A la friolera de 232 kilómetros por hora. Así circulaba un conductor por la provincia de Cuenca cuando fue interceptado por un radar móvil de la Guardia Civil. El hombre superaba en más de 110 kilómetros por hora la velocidad permitida, puesto que circulaba por la autovía A-43, donde la velocidad máxima es 120.
Ocurrió este domingo 15. Agentes de la Guardia Civil de Cuenca se encontraban en esta autovía que une Ciudad Real con Atalaya del Cañavate (Cuenca) realizando un control de velocidad móvil cuando pasó ese vehículo como un rayo.
Los agentes dieron el alto al vehículo e informaron al conductor de que casi duplicaba la velocidad máxima permitida. No le detuvieron, pero está siendo investigado por la comisión de un delito contra la seguridad vial.
El investigado podría ser condenado a una pena de prisión de tres a seis meses, o multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y en cualquier caso, la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.