La portavoz municipal, Flora Bellón, ha dado a conocer que el Ayuntamiento de Talavera va a proceder, en la nómina correspondiente al mes de septiembre o al de octubre, a pagar las horas extra realizadas y correspondientes al 2018, y «que todavía estaban sin abonar», a los empleados públicos del Consistorio (funcionarios y personal laboral).
Los reparos que existían con las horas extra
En este sentido, ha explicado que los servicios de Tesorería, Intervención y jurídicos han levando los reparos que existían y se va a proceder al pago de esas horas extraordinarias, «algo que se tenía que haber hecho ya, porque lo justo es que cualquier empresa o Administración pague a los trabajadores por la labor desarrollada», según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Aunque ahora se van a abonar esas horas extra que todavía faltaban del año 2018, también se está tramitando el pago de las que existen correspondientes al año 2019. En total serán 24.000 euros para el personal laboral y 100.000 para los funcionarios. «Es un compromiso que tuvo la alcaldesa, el de ir de la mano de la parte social en todo lo relativo a los trabajadores», así como se hará en la intención de reorganizar y optimizar los diferentes servicios que integran el funcionamiento diario del Ayuntamiento.
La mala adherencia de los murales de cerámica
En otro orden, y en respuesta a preguntas de los periodistas, la portavoz también se ha referido a la reunión que ya se ha mantenido esta semana entre el concejal de Hacienda y la de Imagen de Ciudad con varios ceramistas (autores de los azulejos de los murales) y la empresa instaladora, debido a la problemática que existe tras caerse o estar en malas condiciones esos murales. Las principales deficiencias se han localizado en el de la calle San Clemente, el de Mondas que está junto a la Iglesia de Santa Catalina, el de la Plaza San Miguel y el de la farmacia de la calle Alfares.
Bellón ha señalado que se ha acordado analizar el material que se ha utilizado en la fijación de los azulejos y el proceso en el montaje de los murales para detectar las consecuencias de la mala adherencia que se ha evidenciado. Debido a que la retirada del total de los azulejos resultaría muy costoso y peligroso para mantener intactas las piezas, se ha optado por volver a pegar los azulejos que los autores de cada mural están repitiendo y «hacer un seguimiento semanal para ir adoptando medidas», según evolucione el estado de cada uno de ellos, porque «no hay nada asegurado», ni para bien, ni para mal.
La portavoz del equipo de Gobierno ha respondido a los medios que «no se hizo ningún seguro» de estos murales. Del mismo modo, ha avanzado, que, dado que cada pieza es única desde la cocción hasta la decoración, «las tonalidades no serán las mismas, algo que es la principal preocupación de los ceramistas».