El partido era una nada sin ocasiones hasta que el Villarrobledo pecó de lo habitual en esta liga, esta vez en casa del Badajoz: flojedad defensiva, ya que dejó un boquete abierto en el eje de su defensa que aprovechó Chris Ramos; nadie despejó el balón y él, solo, la tocó, batiendo a Salcedo. Corría el minuto 23.
Pero cuando peor lo estaba pesando el Villarrobledo, llegaría la reacción loca del conjunto albaceteño, que dio la vuelta al partido en un santiamén: primeramente Iñaqui se inventó una gran jugada dentro del área para superar a Kike Royo (minuto 28).
Y cuatro minutos después, Agus Alonso se zafó de Morgado, metió la bota y gol: 1-2. Y se llegó al descanso con este resultado.
Aunque en el segundo tiempo el Villarrobledo no estaba pasando apuros, de nuevo otro par de minutos locos daban la vuelta al partido, pero esta vez a favor del Badajoz: Gorka Santamaría remataba de cabeza una falta (sacada por Corredera) para empatar (minuto 73), y casi acto seguido (minuto 75), cabeceaba también él un balón al àrea para firmar el 3-2. Qué partido loco y, de nuevo, qué fragilidad defensiva la del Villarrobledo.