El 7,2 por 100 de la población de Castilla-La Mancha se encuentra en situación de pobreza material severa, lo que supone 146.683 personas en la región que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días ni mantener la vivienda con una temperatura adecuada ni tienen capacidad para gastos imprevistos o para comprar una televisión o un teléfono móvil. En la última década, este dato se ha multiplicado por tres, después de que en 2008 se encontraran en esta situación 49.034 castellano-manchegos.
Así se desprende del IX Informe 2019 «El estado de la pobreza», presentado este miércoles 16 de octubre en el Senado por la Red Nacional de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN).
En su conjunto, un 29,9 por 100 de la población de Castilla-La Mancha -605.269 personas- se encuentra en riesgo de pobreza en la comunidad autónoma, de los que un 22,7 por 100 -460.825 personas- se encuentran en pobreza no severa.
El informe indica igualmente que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social alcanzó en Castilla-La Mancha en 2018 el 33,5 por 100, lo que supone una disminución del 0,4 por ciento respecto al año anterior.
El trabajo analiza las diferencias territoriales entre las comunidades autónomas, que son grandes y se producen en la práctica totalidad de los indicadores. Existe una evidente división de España en dos mitades.
Por un lado, la mitad norte (con Madrid) presenta bajas tasas de pobreza (entre 13 y 14 puntos porcentuales por debajo de la media nacional del 26,1 por 100), y por, otro, la mitad sur, cuyas tasas son «extraordinariamente» más elevadas (entre 4 y 18 puntos porcentuales por encima de la media nacional).
Si se tiene en cuenta la tasa Arope, las comunidades con datos más bajos son el País Vasco y Navarra, con el 12,1 y el 12,6 pro 100, respectivamente, mientras que Andalucía y Extremadura, con 38,2 y 44,6 por 100, respectivamente, son las autonomías con las cifras más elevadas.
En el conjunto de España, la privación material severa aumenta por primera vez después de tres años de reducción ininterrumpida en España y afecta al 5,4 por 100 de la población en 2018 frente al 5,1 por 100 del año anterior.
Esto se traduce en que hay 2,5 millones de personas en España que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días ni mantener la vivienda con una temperatura adecuada ni tienen capacidad para gastos imprevistos o para comprar una televisión o un teléfono móvil.
«Este indicador es especialmente grave porque hace referencia a las personas que no pueden alimentarse adecuadamente. Es el ejemplo más gráfico de que las peores situaciones de las personas no se afrontan», ha alertado el presidente de EAPN, Carlos Usías, durante la presentación del documento, con motivo de la celebración este jueves 17 de octubre del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
El trabajo se basa en la tasa Arope, que es el indicador europeo que mide el riesgo de pobreza, y en datos oficiales.