La ejecución del Eje Cultural, «uno de los proyectos más importantes emprendidos por el Ayuntamiento de Guadalajara en los últimos años», comenzará en mayo. Así lo ha anunciado el alcalde, Antonio Román, acompañado del segundo teniente de alcalde y concejal de Infraestructuras, Jaime Carnicero.
El Eje Cultural contempla la reforma integral de las calles Ramón y Cajal e Ingeniero Mariño, vías que se encuentran muy deterioradas y presentan importantes problemas de accesibilidad para los peatones, con aceras tan estrechas en algunos puntos que las convierten en intransitables.
Tal y como ha explicado el alcalde, «el propósito del Ayuntamiento de Guadalajara es remodelar esta gran arteria de la ciudad, hacerla accesible y unir a través de este Eje Cultural monumentos y edificaciones significativas como el Palacio del Infantado, el Monasterio de San José, el Palacio de la Cotilla, la Capilla Luis de Lucena, la Concatedral de Santa María, el Puente de las Infantas, el Torreón del Alamín, el Arco de Bejanque y la iglesia de San Francisco».
El proyecto se va a caracterizar por los siguientes rasgos:una reordenación del tráfico rodado que obligará a cambiar hábitos en cuanto a las rutas que se realizan actualmente para trasladarse de un sitio a otro; una mejora de la fluidez del tráfico en dos de las vías más congestionadas de Guadalajara; se gana espacio para el peatón, pauta seguida en todas las reformas desarrolladas en el casco histórico de la ciudad; se da mayor protagonismo a los monumentos situados en este Eje Cultural, que ganarán vistosidad; y se crean nuevos espacios estanciales en esta zona de Guadalajara.
Se va a actuar sobre una extensión de cerca de 900 metros lineales, situados entre la Plaza de los Caídos y Bejanque, sobre 3.668 metros cuadrados de pavimento y 3.091 metros cuadrados de aceras.
Una de las características más notables de este proyecto es que las calles Ramón y Cajal e Ingeniero Mariño pasarán a ser de un único sentido. Tras la ejecución de este proyecto, los vehículos discurrirán por estas vías sólo hacia el Infantado. Con la conversión de esta vía en una calle de sentido único, se va a ganar en fluidez, dado que ahora mismo soporta una gran saturación de tráfico (5.000 vehículos diarios). Además, los peatones ganarán en seguridad y las personas con movilidad reducida podrán transitar cómodamente por esta calle.
El proyecto incluye también la remodelación de la Plaza de Santa María, de modo que se unirá la actual plaza con el aparcamiento provisional de la parcela del Cardenal Mendoza. No habrá calle que separe ambos espacios. Todo estará unido y constituirá esta nueva y gran plaza «peatonalizada» que embellecerá notablemente este importante entorno histórico-artístico de la ciudad, en el que se incluirán también los restos protegidos de las caballerizas del antiguo Palacio de los Mendoza.
Aunque las calles Ramón y Cajal e Ingeniero Mariño van a ser el epicentro del proyecto, se va a actuar también en la mejora de Francisco Torres, Francisco Cuesta, Sinagoga, Ronda Santander, Benito Hernando (se deja abierto hasta qué número) y Fernando Palanca.
Jaime Carnicero, que ha ofrecido más detalles sobre el proyecto y sobre la reordenación de la circulación que se va a llevar a cabo, también ha informado de la creación de una nueva glorieta que unirá la calle Salazaras con Doctor Creus y de la apertura de la calle La Ronda a Ramón y Cajal. También se dotará a los monumentos de nueva iluminación y en total, se crearán 227 nuevas plazas de aparcamiento, incluidas las del nuevo aparcamiento próximo a la concatedral.
Tal y como ha señalado el concejal, el presupuesto de ejecución material, incluidas las mejoras, asciende a 3.200.000 euros. El proyecto se ejecutará en un plazo de ocho meses y está previsto que los trabajos comiencen en mayo. Aunque se dividirán en tres fases, éstas se acometerán de modo simultáneo.