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Foto - Izaskun Roto
Por encima de la media nacional - 28 octubre 2019 - Toledo

El 36,7 por 100 de los niños y adolescentes de entre 8 y 16 años de Castilla-La Mancha tienen problemas de sobrepeso u obesidad, un porcentaje ligeramente superior a la media nacional. Así se desprende del estudio Pasos de la Gasol Foundation elaborado en colaboración con Unicef y en el marco del informe «Malnutrición, obesidad infantil y derechos de la infancia en España».

En una rueda de prensa celebrada en el campus universitario de la Fábrica de Armas de Toledo, Susana Aznar Laín -profesora titular de Actividad Física y Salud de la Facultad de Ciencias del Deporte- ha especificado que de ese 37 por 100, un 12 por 100 presenta obesidad y un 24,8 por 100 sobrepeso. Además, el 16 por 100 tiene obesidad abdominal.


También ha apuntado que el 72 por 100 de los niños y adolescentes castellano-manchegos (un 63,6 por 100 a nivel nacional) no cumple con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de realizar 60 minutos al día de actividad física a ritmo moderado o vigoroso. Más de la mitad tampoco cumpliría con la advertencia de no estar delante de una pantalla (incluido el móvil) más de 120 minutos al día. El 59 por 100 de los castellano-manchegos incumple esto último (54, por 100 a nivel nacional), un 88,1 por 100 si se tiene en cuenta el fin de semana.

 

Acompañada en la presentación por la vicerrectora de la UCLM, Fátima Guadamillas; de la presidenta de Unicef Comité Castilla-La Mancha, Asunción Díaz; y del responsable de Políticas de Infancia de Unicef España, Gabriel González Bueno, Aznar Laín ha apuntado que estos datos de la región -que han servido para elaborar el informe «Malnutrición, obesidad infantil y derechos de la infancia en España»- no son lo suficientemente representativos, aunque sí «muestran una tendencia», una tendencia que señala que los índices de sobrepeso y obesidad infantil de la comunidad estarían por encima de la media nacional.

La obesidad infantil, «uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI»

Por su parte, Gabriel González advertía de que -según los datos de 2019- España ocupa el décimo puesto en el ranking de países de la OCDE con mayor nivel de sobrepeso y obesidad, un problema de salud pública que calificaba de los más graves del siglo XXI en tanto que está asociado a enfermedades como la diabetes, determinados tipos de cáncer y patologías cardiovasculares y a problemas psicosociales como un menor rendimiento escolar, mayor fatiga, menor productividad laboral, mayor probabilidad de acoso y una baja autoestima.

Los datos que maneja Unicef manifiestan que el 34,9 por 100 de los niños y adolescentes de España tiene sobrepeso y/o obesidad. En los últimos 19 años el exceso de peso ha crecido un 1,9 por 100, no tanto como lo ha hecho la obesidad abdominal, que lo ha hecho en un 7,9 por 100.

El informe también pone de relieve la relación existente entre obesidad y nivel socioeconómico, de forma que la primera se triplica a medida que bajan los recursos económicos.

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En cuanto a los factores de obesidad, el responsable de Políticas de Infancia de Unicef España hacía mención a los hábitos alimenticios -por la mayor ingesta de azúcar, sal y grasas-; a un estilo de vida sedentario; y a otros factores como los estilos de vida parentales, los patrones de descanso, si los progenitores tienen sobrepreso o la lactancia materna. El entorno obesogénico -esto es, un entorno que invita a hacer poco ejercicio y a comer productos poco saludables- es otro de los factores de riesgo que indicaba.

El informe «Malnutrición, obesidad infantil y derechos de la infancia en España» hace una serie de propuestas para dar la vuelta a esta realidad. Estas propuestas son reforzar las campañas de información; usar la legislación para que disminuya la demanda de alimentos insanos; generar incentivos y eliminar desincentivos para la producción y distribución de alimentos más sanos; promover la reformulación de los productos con ingredientes más sanos (reduciendo el azúcar, la sal, las grasas saturadas…); establecer un etiquetado sencillo, visible y fácilmente legible en la parte frontal del producto; regular y limitar el marketing de productos con exceso de azúcar y comidas poco saludables dirigidos a niños; intensificar la educación para la salud, crear entornos saludables y ampliar el tiempo lectivo para la actividad física en el sistema educativo; establecer objetivos oficiales de reducción de la obesidad infantil y hacer un seguimiento; e incorporar la medición de la circunferencia de cintura en la práctica clínica en pediatría.

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