Dentro de la XXVII Muestra de Teatro Clásico «Toledo Siglo de Oro», los días 8 y 9 de noviembre (20:00 horas) tendrá lugar en el Teatro de Rojas de Toledo la puesta en escena de «Entre bobos anda el juego», del autor toledano del que toma su nombre el coliseo de nuestra ciudad, Francisco de Rojas, a cargo de Noviembre Compañía de Teatro en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y dirigido por Eduardo Vasco.
El reparto lo componen Arturo Querejeta, José Ramón Iglesias, Isabel Rodes, Francisco Rojas, Rafael Ortiz, José Vicente Ramos, Elena Rayos, Antonio Cos y Manuel Pico.
«Entre bobos anda el juego» está considerada como el modelo de comedia de figurón que se desarrolla a partir de un personaje cargado de faltas (avaricia, orgullo, pedantería, etc.) al que se caricaturiza y se rodea de una peripecia que se va enredando hasta lograr la burla final.
La primera representación de esta obra de la que se tiene constancia fue en 1645 durante las fiestas de carnaval, y tuvo lugar frente al Alcázar de Madrid, con un espectador de excepción: el rey Felipe IV. Posteriormente se conocen funciones a lo largo de los siglos y es una de las pocas obras del repertorio áureo español que no se han alejado de la escena desde su composición.
Don Lucas del Cigarral es un caballero adinerado, ridículo y desmedido que pretende casarse con doña Isabel de Peralta, que sin embargo ha quedado prendada de don Pedro, primo de don Lucas, y tan apuesto como pobre. Ambos quedaron prendados en un encuentro fortuito que tuvieron antes de conocerse y se reencuentran porque el propio don Pedro es el encargado de realizar los primeros contactos con la dama antes de la boda y esto da pie a que los enamorados cultiven su amor de manera intensa. Mientras intentan burlar a don Lucas, aparecen dos estorbos imprevistos: otro galán, don Luis, que también pretende a Isabel y una dama, doña Alfonsa, hermana de don Lucas, que anda detrás de don Pedro…
El enredo está servido y a cargo de Cabellera, Carranza y Andrea, los criados que engrasarán el mecanismo de esta obra, que transcurre prácticamente en un camino, con parada, fonda, nocturnidad y alevosía; el mejor caldo de cultivo ideal para la comedia de enredo.