En mi labor de gestión colegial, ya he conocido distintos consejeros de Sanidad y gerentes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. A todos ellos, desde el Colegio que presido, les hemos pedido que incluyeran en su organigrama una Dirección General de Cuidados liderada por una enfermera. Ese momento ha llegado, y desde aquí agradezco al actual consejero, Jesús Fernández Sanz, su, bajo mi punto de vista, «total acierto».
Tener hoy en día una Dirección General de Cuidados y Calidad supone un avance a nivel institucional y de desarrollo profesional al alcance de muy pocas comunidades autónomas, y una de ellas es la nuestra, Castilla-La Mancha (CLM).
La directora general de Cuidados y Calidad, la conquense Begoña Fernández Valverde, es una enfermera competente y altamente cualificada, con una larga experiencia y trayectoria en todos los ámbitos profesionales (gestión, asistencia, docencia, investigación), podemos decir que tiene la profesión en las venas, es accesible y cercana y, sobre todo, algo que es difícil de encontrar, es gente buena y buena gente.
Punto de inflexión en la calidad de los cuidados
Estoy seguro de que su incorporación al organigrama del Sescam y de la Consejería representará un punto de inflexión en la calidad de los cuidados y seguridad que aportamos a los ciudadanos de Castilla-La Mancha y en nuestra profesión. No va a ser fácil, ni mucho menos, y tendrá que luchar con factores exógenos y endógenos (recordemos que el modelo predominante es un modelo sanitario no enfermero y el abordaje asistencial y de gestión debe modificarse desde el paradigma del curar hacia el paradigma del cuidar).
Este es un momento crucial en la planificación y desarrollo de la asistencia sanitaria autonómica y nacional, en la que las prestaciones pueden ser infinitas en contraposición a los recursos económicos que como todos sabemos son finitos. Más aún en un escenario de cronicidad que ya no es coyuntural sino que ha venido para quedarse, en el que lo fundamental es ayudar al buen envejecimiento empoderando al paciente hacia su autocuidado en el domicilio, poniendo especial atención en el anciano frágil. Es en este contexto en el que adquiere relevancia capital la figura de la enfermera como agente de salud que aglutina, lidera y desarrolla toda su potencia competencial en este entorno.
Apoyo del Colegio de Enfermería de Toledo
Como profesión, tenemos asuntos pendientes de suma importancia, que me consta que ya están en la agenda de la Directora General, como el desarrollo de la acreditación de la prescripción enfermera (Castilla-La Mancha es una de la comunidades autónomas que aún no ha implementado un sistema de acreditación según marca la ley), el desarrollo real, efectivo y operativo de las especialidades enfermeras (no basta solo con crear la categoría laboral de enfermera especialista, si se queda solo en eso, la cuestión se queda en nada), abordar la incorporación de nuevos roles enfermeros de práctica avanzada, enfermera gestora de casos, enfermera de enlace…, promover la enfermería basada en la evidencia, luchar contra el intrusismo, etc.
No obstante, para resolver todos estos asuntos de calado para las enfermeras castellano-manchegas, la Directora General contará, desde ya mismo con el apoyo fiel del Colegio de Enfermería de Toledo, del Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla-La Mancha y a buen seguro de todo el colectivo de enfermeras, un grupo de 12.000 personas altamente cualificadas y con ganas de aportar lo mejor de su competencia para mejorar los servicios que prestamos a los castellano-manchegos. Hoy día las enfermeras de Castilla-La Mancha necesitan un liderazgo eficaz desde la administración y estoy seguro que Begoña Fernández estará a la altura de las circunstancias.
Las enfermeras de nuestra región tenemos muchas esperanzas puestas en la Directora General de Cuidados y Calidad y creemos que el desarrollo de la enfermería de Castilla-La Mancha tendrá un importante apoyo en su figura también como interlocutora directa con la Administración con el objetivo de mejorar los resultados en salud de la población y por el bien de nuestro sistema sanitario autonómico, siendo los mayores beneficiarios de su gestión, los ciudadanos de CLM».
Roberto Martín Ramírez, presidente del Colegio de Enfermería de Toledo.