El ex presidente del Congreso José Bono no cree que sea importante la fecha de las primarias en el PSOE y, aunque acata el sistema de elección, duda de la bondad del procedimiento porque, según dice, los socialistas casi siempre se han equivocado cuando han elegido candidato de ese modo.
En una entrevista con Efe, Bono reflexiona sobre la situación actual de la política, critica el «lodazal» en el que la han convertido unos pocos «desvergonzados», repasa la acción del Gobierno de Mariano Rajoy y del PP tras el estallido del caso Bárcenas y habla sobre el desafío independentista en Cataluña.
«Imagina» que el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, «acabará tomando pronto una decisión sobre este asunto». Ésta ha sido su respuesta al ser preguntado por si Jesús Caldera debe seguir al frente de la Fundación Ideas, después de descubrirse a la falsa columnista Amy Martin.
Y aunque insiste en diferenciar claramente este tema del «gravísimo caso Bárcenas», que afecta al PP, admite que invita a tomarse mucho más en serio el control del gasto en los partidos, ya que en su mayoría procede del bolsillo de los ciudadanos.
Dentro del ámbito interno del PSOE, Bono considera poco importante la fecha de las primarias y duda incluso de su bondad como procedimiento, porque lo trascendental es elegir al candidato que «mejor pueda ganar las elecciones» y hasta ahora ningún presidente del Gobierno ha salido de unas primarias.
«Casi siempre que hemos hecho primarias nos hemos equivocado», sentencia el expresidente del Congreso en EFE Encuentros, un evento patrocinado por el Grupo Arturo Cantoblanco.
No se pronuncia sobre si Rubalcaba debería concurrir, ni sobre otros candidatos, ni siquiera sobre el líder socialista en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, del que dice: «A Emiliano le veo muy bien en todas partes».
Respecto a la petición de dimisión de Rajoy que ha realizado Rubalcaba, el ex ministro de Defensa se declara solidario con las decisiones relevantes que adopta su partido y, «por supuesto», con las que toma su secretario general.
Según su criterio, es «evidente» que el caso Bárcenas ha debilitado al presidente del Gobierno.
«Cuando dos periódicos que no coinciden nunca en sus análisis lo hacen ahora y publican en titulares que en el PP es moneda corriente funcionar con sobres de dinero negro, el daño es enorme. Sobre todo, si no hay reacción contundente y judicial del PP contra el autor de la contabilidad publicada», afirma.
Declina ir más allá y, tras asegurar que piensa «exactamente igual que la inmensa mayoría de los españoles», se lamenta del descrédito de la política y de que haya calado en la ciudadanía la opinión de que todo es «un lodazal».
«Por culpa de unos cuantos desvergonzados -se queja- se está dando la imagen de que la política es un charco y aparece como un lodazal en el que están todos los políticos; y no es cierto que en ese charco corrupto estén todos los políticos».
Quien fuera presidente de Castilla-La Mancha durante dos décadas reconoce, no obstante, que es cierto que algunos casos de corrupción son «tan importantes y tan escandalosos» que comprende que muchos españoles, aunque sea injusto, «generalicen y, sin hacer distingos, vean la política como un charco sucio, como un lodazal».
José Bono apunta dos fórmulas para frenar ese descrédito de la política: derogar la ley electoral para que los políticos no deban su cargo a quien hace las listas sino a quien las vota y hacer pública la verdad «resulte cómodo o incómodo».
Ahora que Rajoy ha publicado sus declaraciones de la renta y patrimonio, Bono recuerda que él lo viene haciendo desde mayo de 1993 en el Boletín Oficial y que siendo Presidente del Congreso se tomó la decisión de que todos los diputados publicasen sus bienes, rentas y actividades en la web del Parlamento.
«Hay gestos que llegan un poco tarde», dice, convencido de que ese tipo de iniciativas deberían haberse implantado hace años para todos los políticos.
Actualmente, en su opinión, lo que los españoles desean «es que nadie les engañe». «Y aún cuando no están en el secreto ni en el detalle de los sobres con dinero negro del PP, ni en los ERE, ni en las golferías de Gürtel saben cuándo se les miente y cuándo se dice la verdad».
«La cara de cordero degollado ya no sirve para engañar a ingenuos. Lo más grave -añade- no es sólo haber cobrado en negro, sino que casi nadie cree a quien lo desmiente».
A la hora de enjuiciar el primer año de Gobierno del PP, dice que «está tan emborronada la hoja por los últimos escándalos que casi es imposible encontrar hueco para hacer un balance riguroso».
Echa mano de las palabras del propio Rajoy, quien esta semana reconoció que no había cumplido sus promesas electorales y sentencia: «Pues ya lo ha dicho él. Nada que añadir».
Acerca de la situación en Cataluña, confía en que «todo intento de fracturar la legalidad o de golpear la Constitución acabe en fracaso». Además, agrega que «tras el secesionismo se esconde un egoísmo social y un dogmatismo insolidario que parece proclamar que pagar más impuestos debe generar más derechos a quienes los pagan».
Los españoles, argumenta, tienen derecho a que el Gobierno de turno, tal y como se comprometen sus presidentes al tomar posesión de su cargo, les garantice que «va a cumplir y va a hacer cumplir la Constitución».
«Tenemos derecho a que cualquier golpe a la Constitución fracase», recalca antes de advertir de que si alguien pretende «cambiarla por la fuerza» el Gobierno debe responder «con todos los medios legales y constitucionales a su alcance y tendrá detrás a los españoles apoyándolo». «Lo grave -subraya- es que algunos piensen contestar a una eventual declaración ilegal de independencia, con un comunicado».