El expresidente del Congreso y expresidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ha vuelto hoy a la Cámara que presidió durante una legislatura para presentar su libro de diarios en el que cuenta sus vivencias de aquella etapa, y lo ha hecho equipado de abundantes anécdotas «a lo Bono» y acompañado de su familia al completo.
Además de su exmujer Ana Rodríguez y sus cuatro hijos, a Bono le han arropado en un acto celebrado en la Sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, su sucesor en el cargo, Jesús Posada, la también expresidenta de la institución, Ana Pastor, así como una nutrida representación castellanomanchega entre la que estaba la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, el consejero de Fomento, Nacho Hernando, y el presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez.
Cuarenta minutos ha dedicado el autor, vestido del mismo modo que en la portada de su tercer volumen de diarios titulado «Se levanta la sesión», a invitar a su lectura desentrañando sus fragmentos más suculentos.
Por ejemplo, aquellos pasajes en los que desvela conversaciones que mantuvo con el rey Juan Carlos, quien según relata le confesó mientras ambos aguardaban en el aeropuerto de Barajas a que el papa Benedicto XVI se despertara de una «siesta» que quería «morir de rey». Y ha reivindicado su derecho a publicarlas.
En la sala, casi llena, le han escuchado su exmujer, sus tres hijas y su hijo José Bono, acompañado de su futuro marido, Aitor, objeto a su llegada de especial atención por parte de los fotógrafos, que también han podido captar imágenes de la esposa del cantante Raphael, su consuegra Natalia Figueroa.
Su familia, que según ha reconocido el propio Bono se volvía a juntar en inusual ocasión, se ha mezclado con numerosos amigos y políticos, de ahora y de tiempos pasados, y no solo socialistas.
Gaspar Llamazares, que fue máximo dirigente de Izquierda Unida, Josep Antoni Duran Lleida, de la extinta Unió, el exlíder de UGT Cándido Méndez, y hasta Juan Carlos Monedero, icono del Podemos más recalcitrante, estaban allí.
La corrección de Monedero
La mayoría han sido citados por el autor, que ha agradecido a Monedero que hubiera detectado una falta de ortografía en el libro recién publicado, lo cual corrobora que se lo había leído, ha apuntado entre carcajadas de los asistentes.
En su larga exposición el expresidente del Congreso ha intercalado reflexiones sobre su manera de entender la vida y la política, su larga experiencia en diferentes cargos, con algunas anécdotas de su etapa al frente de la Cámara.
Como el episodio de la frustrada placa dedicada a la madre Maravillas, una monja que fue santificada y que había nacido en uno de los edificios parlamentarios, y para cuya colocación él no vio problema alguno, aunque sí su partido, que lo vio como un «disparate» y llevó a la Mesa a dar marcha atrás.
O el día en que dejó hablar en euskera al diputado del PNV Aitor Esteban y en catalán a Joan Tardà, de ERC, para demostrar así que nadie les entendía y a la vez que él no tenía nada contra ambas lenguas; un ejercicio por el que el propio Esteban, según revela en el libro, le reconoció por escrito su «savoir faire».
Sócrates, Juan Valera o el expresidente Leopoldo Calvo Sotelo han sido también citados en su alocución, y cómo no, su adversario político que le ganó por solo nueve votos en el 35 Congreso del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al que menciona como amigo.
Será su último libro «o no»
José Bono ha sostenido que su diario «no es un ajuste de cuentas con nadie», y como Emiliano García-Page, en una presentación previa, había hecho hincapié en que el texto deja al lector «con ganas» de saber más cosas, ha anunciado al auditorio que sería su último libro, «o no», evocando al expresidente Mariano Rajoy.
«Es intuitivo, observador, implacable e impecable»
Por su parte, Emiliano García-Page se deshizo en elogios a su predecesor y mentor en la política castellanomanchega. De él dijo que es «intuitivo, observador, implacable e impecable con sus adversarios políticos, y muy inteligente».
Allí recomendó la lectura del libro porque «no habla por hablar, ni escribe por escribir, y en cada renglón hay mucho que intuir». Para el presidente autonómico, las anotaciones germen del libro «requieren de mucha disciplina y constancia que no abundan en el país».
En la definición que hizo de Bono aseguró que es «un hombre de izquierdas, creyente, no sectario y español, pero no a la fuerza sino por convicción».
Sobre el libro expresó que el autor «tiene un aval de coherencia sin el que no se puede sobrevivir en política» y «lo que escribe es información por encima de todo porque lo tiene testimoniado».