El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió este viernes que la segunda parte del partido de Segunda División Rayo Vallecano-Albacete, suspendida por los insultos que un sector del público dirigió al jugador ucraniano del equipo manchego Roman Zuzulia el pasado día 15, se juegue a puerta cerrada.
Las consecuencias de los insultos a Zozulia
Para determinar la fecha Competición solicitará informe previo a LaLiga para que manifieste lo que considere oportuno en el plazo de tres días y otorgó también el mismo plazo a los dos clubes para que propongan un día para la celebración del encuentro, según informó la RFEF.
El Comité también acordó imponer una sanción de 18.000 euros al Rayo Vallecano y la clausura parcial de su estadio durante dos partidos, que afectará al sector y grada donde se produjeron los hechos, por infracciones graves previstas en el Código Disciplinario de la RFEF (artículos 69.1 b y c y 73.2.3º).
Para Competición, «el club local, a pesar de haber desplegado algunas medidas de carácter preventivo y de haber reaccionado a lo sucedido con algunos mensajes de reprobación, no fue capaz de colaborar de modo eficaz en la represión de las conductas violentas y/o incitadoras a la violencia que están en el origen de este expediente, de tal modo que el partido pudiese ser disputado en condiciones de seguridad», añade.
Sin identificar a los aficionados
También indica que no consta que el Rayo Vallecano «haya adoptado medida alguna dirigida a la identificación de los aficionados que entonaron los referidos cánticos ni a la adopción de medidas contra los mismos», por lo que considera «proporcionadas y ajustadas a Derecho» la imposición de las sanciones dictadas.
El comité entiende que «no hay dudas de que nos encontramos ante una infracción de carácter grave, que remite a lo previsto en el artículo 73 del Código Disciplinario», dado que el partido tuvo que ser primero interrumpido y luego suspendido, ante «el clima de inseguridad creado», según consta en el informe de la coordinadora de seguridad, y considerar «impracticables otras medidas como el desalojo parcial del estadio o incluso total».
Las sanciones de Competición pueden ser recurridas ante el Comité de Apelación en el plazo máximo de diez días hábiles.
Rayo-Albacete, un partido muy largo
El encuentro Rayo Vallecano-Albacete, correspondiente a la vigésima jornada de Liga en Segunda división, es el primero de la Liga española suspendido por incidentes de público, tras los insultos que los aficionados locales dirigieron al jugador ucraniano del Albacete Roman Zozulia y la exhibición de una pancarta (10-15 metros de largo) con el lema «Evitar que un nazi vista la franja».
El acta del arbitro del colegio cántabro José Antonio López Toca refleja que apreció la pancarta en el minuto 38:53, situada en el fondo de acceso a vestuarios, donde se encontraban los aficionados del club local, desde la que se profirieron los cánticos: «El que no baile es un fascista», «el que no baile es Roman Zozulya».
Retirada de la pancarta
En ese momento decidió detener el encuentro y ordenar al delegado de campo, Miguel A. Ortiz Rodrigo, la retirada de la pancarta, así como transmitir por megafonía un mensaje para que cesaran los cánticos y comportamientos descritos.
El juego estuvo detenido 50 segundos aproximadamente y tras la emisión del mensaje se ocultó la pancarta, pero después, en el minuto 42:24, el colegiado volvió a detener el partido ya que desde el mismo fondo se entonó el cántico «Roman Zozulya, un puto nazi».
López Toca comunicó al delegado de campo que si dichos cánticos no cesaban se vería obligado a suspender el partido y que transmitiera este mensaje por megafonía, situación que hizo que el juego estuviera detenido durante un minuto 15 segundos aproximadamente.
«No podían garantizar la seguridad»
Al finalizar la primera mitad el acta arbitral indica que se reunió en los vestuarios con representantes de ambos clubes y con la coordinadora de seguridad del estadio, quien comunicó que «las fuerzas de seguridad no podían garantizar la seguridad de los participantes en el encuentro en la actual situación».
El árbitro consultó la posibilidad de desalojar la zona en la que se habían producido los incidentes, pero se descartó por falta de efectivos suficientes; el equipo visitante comunicó que el estado de ánimo del afectado y el resto de jugadores no era el adecuado para continuar el juego y el organizador su disposición para buscar cualquier alternativa que hiciera posible la continuación del encuentro.
Tras estos hechos, el Comité de Competición decidió el pasado día 18 trasladar al Rayo Vallecano el acta del delegado informador en el que se denunciaron otros cánticos al margen de los reflejados en el acta arbitral y solicitar el informe de la coordinadora de seguridad para adoptar su resolución hecha pública hoy.