La Audiencia de Toledo ha hecho pública hoy la sentencia que condena a dos años y nueve meses de cárcel a un individuo que secuestró a su excompañera sentimental en Calera y Chozas (Toledo) en junio de 2010 a la que llamó por teléfono en dos mil ocasiones durante un mes a pesar de tener una orden de alejamiento.
La sentencia se adecúa al acuerdo alcanzado por las partes antes del juicio previsto para el 12 de febrero en la Audiencia de Toledo y que evitó la vista oral para no causar un nuevo trauma a la víctima, según explicó en su día el fiscal jefe de Toledo, José Javier Polo.
Así, el inculpado, J.A.S.C., que reconoció los hechos, cumplirá dos años de prisión por el delito de detención ilegal, otros nueve meses por quebrantamiento de condena y ochenta días de trabajos a la comunidad por amenazas, y le prohíbe portar armas durante dos años.
Además, la condena establece una indemnización total de 3.120 euros por los daños morales y las lesiones causadas a la víctima, E.M.G.
Durante un mes, el acusado, que tenía una orden de alejamiento y de prohibición de comunicarse con la mujer, efectuó más de dos mil llamadas telefónicas a la víctima entre el 21 de junio y el 21 de julio de ese año, en alguna de las cuales la amenazó de muerte.
Los hechos sucedieron el 13 de junio de 2010 cuando el acusado hizo caso omiso de la orden de alejamiento y de comunicación con su víctima y la llamó por teléfono para quedar en un bar de Calera y Chozas para que ella le entregara algunas pertenencias, a lo que la víctima accedió.
Tras finalizar el encuentro, el acusado pidió a la mujer que le llevara en coche a una finca donde residía en Talavera de la Reina, a lo que ella también accedió.
Una vez llegados al destino, el acusado quitó las llaves del vehículo, la cogió fuertemente del pelo y la introdujo en la casa, donde le colocó un cinturón en el cuello y la ató de pies y manos para que la víctima no pudiera moverse.
En esta situación, el acusado obligó a la víctima a que llamara por teléfono a su hijo y a una amiga para decirles que estaba bien, mientras le ponía un cuchillo de 20 centímetros de hoja en el cuello, para que no les contara nada de lo que estaba sucediendo.
A continuación, le puso una venda en la boca y la introdujo en el maletero del vehículo para trasladarla a un descampado ubicado en la localidad de Poyales de Hoyos (Ávila), donde la sacó del maletero y le desató las manos, pero le mantuvo atados los pies los días 13 y 14 de junio de ese año.
En la tarde del 14 de junio, el acusado volvió a maniatar a la mujer y la introdujo nuevamente en el maletero, para trasladarla a Oropesa y luego a Talavera de la Reina, de donde la mujer logró huir y esconderse hasta lograr pedir ayuda.