«Hemos rozado la tragedia…», tal y como definen desde el Sindicato de Policía Local de Castilla-La Mancha (SPL CLM) lo ocurrido el sábado 18 en Fuensalida (Toledo), cuando dos policías locales resultaron heridos al ser agredidos al intervenir en una pelea en la calle Ramón y Cajal. Agresores, tres hermanos, que posteriormente fueron detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición del juez.
«Desde el SPL CLM no nos cabe duda alguna de que podemos estar no solo ante un atentado contra la autoridad, sino ante un intento de homicidio ante la brutalidad utilizada por los agresores, y esperamos que la Justicia pueda aclarar estos extremos y decreten su ingreso en prisión de forma inmediata. Ponemos a disposición de los agentes nuestros servicios jurídicos».
Compra de armas no letales, cámaras de grabación corporales…
El sindicato pide, para evitar situaciones parecidas en el futuro, «más recursos humanos, porque es un ejemplo más del peligro que de forma habitual corren los agentes policiales en sus servicios y el desamparo físico y jurídico en el que se encuentran. Y siendo conscientes de la situación económica de las administraciones locales, no solo pedimos más recursos humanos, sino que los que haya se distribuyan de tal manera que puedan dar seguridad a los vecinos y vecinas y tengan cubierta los propios agentes la suya. Porque la carencia de guardias civiles hace que sea la Policía Local quien asuma la seguridad de los municipios pequeños, siendo una realidad que difícilmente pueden cubrir sus funciones propias y exclusivas cuando además tienen que asumir las funciones de seguridad».
Por ello piden la necesidad «de medios materiales acordes y concienciar con la compra de armas no letales, así como cámaras de grabación corporales y en los vehículos policiales. Los agentes no tuvieron ni tiempo para utilizar sus armas y no sabemos lo que hubiera pasado si las hubieran utilizado».
Exigen también formación «para responder a situaciones peligrosas y estresantes», y que agredir a un policía «no salga barato, porque en casi todas las ocasiones terminan en sanciones económicas leves y solo en contadas ocasiones los agresores son sancionados con penas de cárcel».