Tan accesible, llano, franco y cordial como aparece públicamente, el reciente campeón de Europa de balonmano, Jorge Maqueda (Quero, Toledo), atiende a encastillalamancha.es poco antes de hacer las maletas para regresar a Hungría, donde juega en el SC Pick Szeged. Maqueda está haciendo historia con la Selección, tanta que admite que hacen falta años para calibrar como se merece la gloria de un equipo irrepetible.
«No somos conscientes aún de lo que estamos haciendo. Con el tiempo se valorará. En todo caso estoy orgulloso de pertenecer a este equipo. Esto es histórico. Aún no se está dando el valor de lo conseguido, pero con el tiempo se hará«, afirma el jugador de Quero.
¿Pensó cuando empezó a jugar que llegaría tan lejos? «Ni mucho menos. Empecé a jugar para divertirme… Ni en mis mejore sueños pensé que iba a llegar hasta aquí«, responde quien ya ha escalado casi todas las cimas habidas y por haber en este deporte: campeón de Europa y mundial, solo le queda una medalla olímpica: «¿Los Juegos de Tokio? Están lejos. Ahora hay que disfrutar de este triunfo», responde el quereño, que estaba a punto de regresar a Hungría, en cuya liga el SC Pick Szeged marcha segundo y en buena disposición en la Liga de Campeones.
Aunque la Selección Española, por derecho propio, siempre está entre las grandes favoritas allá por donde pise, Maqueda cree que base del triunfo español en este Europeo ha residido en el «cholismo», a saber: «Cuando empezamos solo pensábamos en ganar a Letonia, no íbamos más allá, eso ha sido, creo, la clave del éxito», reflexiona.
Jorge Maqueda, también por derecho propio, es uno de los iconos de la Selección, el que aporta carácter, buen rollo, animosidad, positivismo: «No me paro a pensar en cómo actúo. Soy así. Es mi forma de ser. Yo siempre intento motivar, animar», responde.
El jugador quereño admite que no ha podido pedir más a su actuación en el Europeo, que ha ganado junto a sus compañeros, y en el que ha sido encuadrado en el «7» ideal del campeonato, pero este reconocimiento lo ve como algo «anecdótico», ya que «lo que importa es el equipo».