Julio de 2011 nos dejó algunas de las mejores Entrevistas Irreverentes en la revista ECOS. Hoy les mostramos una de ellas en encastillalamancha.es, la que le hicimos a exatleta olímpico José Luis González, todo un portento cuando pisaba el tartán. Se pasó a la política y fue elegido concejal del Ayuntamiento de Toledo por el PP. He aquí lo que nos contó:
Siempre ha dado «cierto» miedo a los que tenía alrededor pero, éste es un dato fundamental, muchos no le conocían. Y digo «cierto» porque su misión era correr y ganar, no comerse a nadie. Que nunca lo hizo. Aunque su fama de arisco y de tener mala leche no se la ha quitado nunca de encima. Puedo afirmar que habla por los codos, no para, pero es un cachondo mental y una enciclopedia del atletismo.
Así podríamos comenzar definiendo a nuestro personaje irreverente de esta semana. José Luis González, subcampeón del mundo en 1987 en Roma y campeón de Europa en varias ocasiones, además de atleta de medio fondo (especialista en 1.500 metros, aunque a él lo que más le «ponía» era la milla) de referencia nacional e internacional durante años. Entren en youtube.es y verán. Y ahora concejal del PP en Toledo. Aunque apunta un poquito más alto. Esperen…
53 años, mal estudiante, «me mandaban al pasillo con libros en las manos y no fue solo una vez ni por casualidad» y con 14 años campeón de España infantil. «Me han educado el deporte y los viajes», afirma. Recuerda mucho a su primer entrenador, Martín Velasco, y no quiere que me olvide de Ricardo Ortega y Fernando Fernández Gaitán, «quienes me aleccionaron por el buen camino». Nació en Villaluenga, «que se entere Page», pero vive en Yuncler. Dos hijas, una de ellas periodista, y cuatro pasiones: la familia, correr, la lectura y el golf.
¿Qué hace un subcampeón del mundo y campeón de Europa metido en política?
Pues es una cuestión personal. Estaba bastante dolido con la situación actual y entendía que podía haber una regeneración. Había sido ninguneado y marginado por todo el cónclave socialista. 28 años en los que prácticamente yo aquí no he existido, a pesar de que soy de aquí, me he criado aquí y he hecho toda mi carrera deportiva aquí.
¿Es rencoroso?
No, porque el deporte me ha enseñado a ganar y a perder. Entonces…
¿La política es una carrera de velocidad, de medio fondo o de fondo?
Una carrera de resistencia. De fondo. Lo que no quiere decir que en esa resistencia no tengas cambio de ritmo. No puedes adormecerte en una velocidad de crucero, ¿no?
Imagino que estará cansado de contestar siempre a la siguiente pregunta: ¿Por qué tiene fama de arisco?
Yo he sido muy independiente, entonces no era fácil entrevistarme. Un poco como le pasaba a Severiano Ballesteros. Guardaba mucho mi situación privada. Pero reconozco que quizás en mi nacimiento deportivo hubo algún periodista que me atizó en exceso y eso me hizo ser muy temeroso. Pero no estoy desencantado. No me gustan los deportistas empalagosos, por eso ahora me gusta Fernando Alonso. Me gusta la gente que es muy buena pero que también es capaz de decir la verdad. Como me gustaba Severiano Ballesteros.
Pero usted… Un poco de mala leche sí tiene, ¿no?
Sí, sí… Tengo mala leche. Tenía mala leche en las carreras, pero… ¡Me he dulcificado bastante! Me estresaba mucho la competición y el entrenamiento diario, estaba siempre a flor de piel. Todos no podemos ser Rafa Nadal, que es un monstruo en ese tema. A mí, por ejemplo, me encantaba John McEnroe, ¡pero yo nunca he discutido con un juez en las carreras! Pero he dulcificado bastante mi carácter y soy bastante campechano y abierto, quizás incluso en exceso. Lo peor de esto es cuando no te conocen y te etiquetan.
¿Usted se dopó cuando corría?
No. Jamás.
Le acusaban de fallar en las grandes competiciones…
En la parte primera de mi carrera deportiva, sí, se juntaron muchas lesiones. Pero de los 26 a los 32 años gané en muchísimos sitios.
¿Quién fue su rival más duro?
Steve Owett y Saïd Aouita, porque no les pude batir. Bueno, a Aouita una vez. Sin embargo, a Sebastian Coe y a Steve Cram les gané varias veces. Pero Aouita era un fenómeno. Fue el siglo de oro del medio fondo.
Usted era de los mejores del mundo en ese siglo de oro.
Yo hice la cuarta mejor marca del mundo de todos los tiempos con 23 años. Solo Coe, Owett y Walker, los tres campeones olímpicos, habían corrido más rápido que yo. Es como si Usain Bolt hace en los 100 metros 9,66 y un tío de Toledo se casca 9,73.
Dicen que se va del Ayuntamiento de Toledo…
Bueno, estoy en la oposición, que es mi trabajo ahora. Estoy muy contento con mis compañeros, son maravillosos, y lo normal es que trabaje con arreglo a lo que entiendo y a lo que sé. Y de lo que entiendo y de lo que sé es de deporte.
¿Le gustaría ser alcalde de Toledo algún día?
La política, como el atletismo, necesita un recorrido. Y para ese recorrido debes entrar en política desde joven. Las capacidades las vas adquiriendo, por lo que yo entiendo que a mí me falta bastante para ser alcalde de Toledo.
Desmiéntame que se llevaba mal con su eterno rival español, José Manuel Abascal.
Nunca me llevé mal con Abascal. Había una lucha magnífica, una rivalidad. Pero para algunos Abascal era el niño bueno y yo el malo. El País estaba a su favor, la televisión española que se hacía en Cataluña también, y yo, que era absolutamente díscolo, irreverente y polémico… Pues yo era un fil de put, como me dijo Aouita una vez en Niza, porque me tocaba por detrás para que le dejara paso y le metí un codazo y casi le corto el cuello. En esa irreverencia Abascal era el niño bueno y yo el malo, cosa que a mí en parte, te lo reconozco César, me encantaba. Para que veas, nosotros nos enfrentamos 30 veces, ya sé que no tiene nada que ver con la pregunta pero me encanta decirlo, yo gané 27 y él 3. O sea, que el duelo no existía. Y, además, era de los dos o tres del equipo nacional con quien mejor me llevaba. Es un gran tío y siempre tuve una gran relación con él.
¿Está de acuerdo con la pena de muerte?
No.
Sin trabajo ni prestación, ¿qué estaría dispuesto a hacer para comer?
Haría lo que hizo mi amiga Blanca Fernández Ochoa en un programa de Antena 3: pedir en la calle. Lo que sí te digo es que me tiene que ir muy mal para hacer lo que mi amigo Reyes Estévez en lo de la isla, porque tengo mucho pudor y vergüenza para que vean mis defectos, que son múltiples.
¿Prohibiría la prostitución?
La regularía. Estoy en contra de todas las prohibiciones.
¿Cuál fue su primer sueldo y en qué se lo gastó?
La primera beca de atletismo que tuve fue de 4.500 pesetas y casi todos los primeros sueldos que tuve iban a la cuenta de mi padre. Empecé a trabajar a los 15 años, cobraba 600 pesetas a la semana y todo iba a mi padre.
¿Qué personaje histórico le gustaría ser?
Julio César o Alejandro Magno.
¿Con qué duerme? Si duerme con algo, claro.
Con la radio, lo cual ha hecho que mi esposa abandone el lecho conyugal muchos días. Ja, ja, ja… Y con ropa siempre. Pijama o camiseta en verano.
¿Qué libro está leyendo?
«El quinto jinete», de Dominique Lapierre. Pero a mí hay dos temas que me apasionan: el Imperio romano y la Segunda Guerra Mundial. Y me encanta el Medievo. Mi esposa dice que como soy tan guerrillero… Ja, ja, ja…
¿En qué película le hubiera gustado actuar?
En «Blade Runner», que es la que más me gusta. O en «Alguien voló sobre el nido del cuco».
Cuando va al fútbol, ¿insulta al árbitro o a los rivales?
Jamás. Soy del Real Madrid, pero no soy de ir muy al estadio. Pero no, no, no… Me duele que el fútbol en España domine. Llámalo envidia sana o malsana, pero…
¿Qué programas del corazón ve?
No los veo, lo que no quiere decir que alguna vez, zappeando…
¿Su mayor travesura?
¡Joder, tengo muchas! Mi madre decía que era un peligro. Fuertes… He «asaltado» huertas, casas de profesores para coger libros…
¿Cuál es la mayor multa que le han puesto y por qué?
En algunos momentos he pisado. Tengo algunos récords… De joven le he pisado. Sí he de tener alguna multa de 200 ó 300 euros, seguro, pero todavía mantengo los puntos. No todos, pero los mantengo.
Defínase: ¿de derechas, de izquierdas o de centro?
De centro derecha.
¿Cree que el tamaño importa?
Ja, ja, ja… Yo soy de los que piensa que sí, pero puedo equivocarme. Ja, ja, ja…
¿El juego del parchís es cosa de hombres? Se lo digo porque ya sabe aquello de que nos comemos una y contamos 20.
Sí, absolutamente cosa de hombres. Me gustaría que se igualara, pero sí, es cosa de hombres.
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo?
En un 600. Ja, ja, ja…
¿Y no era difícil en tan poco espacio?
Sí, sí… A veces entre la marcha y yo se confundía… Pero es verídico, ¿eh?