Está claro: Gálvez (Toledo) le está cogiendo el gustillo a eso de las «caravanas de mujeres», dado que la última, la celebrada a primeros de este mes en el lugar habitual, el restaurante «El Ventorrillo», es la tercera ya que acoge.
Y todo gracias a la colaboración del citado establecimiento galveño y a la diligencia del transportista Carlos García, quien no obstante ha constatado que la tercera caravana tuvo un serio hándicap, quién lo iba a decir: el todopoderoso fútbol, ni más nI menos que el Clásico Madrid-Barça, y eso que daba tiempo para todo.
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Según el relato privilegiado del organizador, primeramente recuerda que el partido empezó a las cuatro de la tarde, o sea que a eso de las seis menos cuarto ya estaba «todo el pescado vendido», por eso solo se le ocurre que mucho de los futboleros que iban a presentarse a la fiesta de la caravana, justo a las seis, «se despistaron», vía copitas, amodorramiento y demás delicias de la hispana sobremesa, hasta el punto de que unos 15 varones, todos ellos del propio Gálvez, faltaron a la cita con las damas, que los esperaban con toda la puntualidad que demandaba el caso.
De tal manera que la desproporción a favor de las mujeres fue ostensible, de tres a uno, ya que había 45 mujeres por 15 hombres, entre ellos varios de Badajoz y de varios pueblos cercanos a Gálvez (bien que lo agradecerían aquellos para quienes el fútbol no es una afición excluyente)
No contentos con su ausencia, los 15 galveños informales se presentaron en la fiesta pasada la medianoche, saltándose incluso la cena concertada. Resultado obvio: decepción de las damas, que se preguntarían algo así como que «y ahora a qué vienen estos».
Carlos García informa de que se dieron varios ligoteos, sin que tenga constancia de que se formase ninguna pareja. Normal, con esas ganas…
A eso de las cuatro de la madrugada llegó la hora de la chocolatada y sobre las cinco se acabó lo que se daba. A ver quién convence ahora a Carlos García, que sigue con sus caravanas en otros lugares, de que en Gálvez hay un especial interés por rememorar una vez más aquella historia inmortalizada por primera vez en un western de Hollywood.
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