El Ayuntamiento de Guadalajara destinará 50.000 euros a Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara con el propósito de contribuir, dentro de la Red de Transeúntes y Sin Hogar, al mantenimiento del programa de Atención a Personas sin Hogar. El convenio que hace posible dicha colaboración ha sido firmado por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, y el director de Cáritas Diocesana, Felipe Manuel Serrano.
Este programa de atención a personas sin hogar intenta dar cobertura a las personas sin alojamiento y en precariedad económica. Dentro de él se encuentran proyectos como Albergue Betania, Techo y Café y el que se desarrolla en el Centro de Atención Integral
A través de ellos, tal y como ha explicado el alcalde, «se intenta cubrir las necesidades básicas de alimentación, higiene y alojamiento de las personas que están de paso por la ciudad o residen en ella, y que cuentan con escasos recursos económicos. También se ofrece un servicio de duchas para aquellas personas que viven en la calle o en infraviviendas».
En Guadalajara se ha producido un incremento de personas que viven en casas abandonadas, infraviviendas, chabolas o puentes. Aunque estos lugares les sirven de techo para refugiarse, no constituyen un hogar, y eso les convierte en personas en estado de grave exclusión social.
Los datos de 2012 demuestran que sigue habiendo una variación en las características de las personas que han recurrido a este programa: jóvenes con desestructuración familiar, enfermos mentales, personas con enfermedades físicas y sin recursos y personas con vidas normalizadas que, ante la inestabilidad laboral o la pérdida de empleo o vivienda y la falta de apoyo familiar han demandado también algunos de estos recursos.
El Ayuntamiento de Guadalajara quiere seguir colaborando con Cáritas en el desarrollo de un programa que ayuda a las personas sin hogar y cuyos fines son los siguientes: reducir los daños asociados a vivir en la calle que sufren aquellas personas que se encuentran al margen de la red social y sanitaria normalizada; recuperación física, personal, psicológica y social de la persona para incorporarla en la sociedad; y fomentar la integración social de estas personas, tratando de atajar las causas que le han llevado a una situación de exclusión.
Actualmente, Cáritas Diocesana Sigüenza-Guadalajara cuenta con 11 trabajadores y unos 60 voluntarios para la prestación de estos programas, y atiende a aproximadamente unas 700 personas.