Mal que empezaba el partido para el Villarrobledo, todo un pupas defensivo, al recibir un gol en el minuto cinco: fue César Morgado el autor del primer gol, peinando de cabeza al primer palo, solo.
Pero muy poco después, Agus Alonso tuvo una buena ocasión, disparando cerca del área chica.
Y acto seguido llegaba la oportunidad para el local Abel Moreno, quien, aprovechando un balón suelto, disparó lamiendo el balón el larguero. Como siempre en esta liga, se merecía más el equipo rojillo, pero su endeblez defensiva le condenaba.
Los rojillos querían pero el partido era el Badajoz, que movía el balón a su antojo, de banda a banda (sobre todo por la izquierda), con precisión y fluidez en los pases pero sin llegar a crear ocasiones. Con todo, el equipo extremeño controlaba el choque. El descanso llegaba con 0-1.
En el minuto 49, ya en el segundo tiempo, el Badajoz certificaba su superioridad con una transición en ataque que acababa en un rechazo aprovechado por Aquino: 0-2.
Pero el fútbol es grande: el recién salido al campo, el pequeño Álex Valerio, se marcaba un zapatazo desde 30 metros con el exterior de pie que fusilaba a Quique Royo. Y los rojillos se venían arriba, encerrando a los extremeños.
Pero ocurrió lo de siempre con el cuadro local. Cuando más apretaba, sobre todo por la banda de Pablo García, una pérdida de balón en el medio campo siguió con una contra visitante de libro. Caballero servía a Guzmán Casaseca quien, tras recortar al defensor, mandaba un derechazo por la escuadra. Gran gol y casi sentencia: 1-3. faltaba un cuarto de hora para el final.
Y antes de este, un poste y no gol por el Villarrobledo ilustraba la impotencia y mala suerte de un equipo que ya está a nueve puntos de la salvación. Casi la puntilla para los de Jesús Castellanos.