La farmacéutica Reig Jofre se ha fijado como objetivo duplicar en el periodo 2020-2025 su beneficio bruto de explotación (ebitda), que en 2019 se situó en 19,7 millones de euros, y confía en que en 2021 esté totalmente operativa su planta de Toledo, en la que ha invertido 10 millones de euros.
El consejero delegado de Reig Jofre, Ignasi Biosca, ha avanzado que la empresa se propone alcanzar los 300 millones de euros de ventas al final de ese periodo, lo que supondría aumentar un 50 por 100 la cifra de 2019, que ascendió a 200 millones.
Biosca, que ha asistido en la Bolsa de Madrid a un toque de campana para celebrar los cinco años de cotización de la farmacéutica, ha explicado que estas previsiones «coinciden» con las de los analistas que siguen el valor y son el «fruto» de las inversiones realizadas en los últimos años.
La empresa espera que su planta de Toledo -en la que ha invertido 10 millones de euros en los últimos cuatro años- esté «totalmente operativa» en 2021 y que la de Barcelona -donde ha invertido 30 millones-, lo esté en este ejercicio.
«2020 será un año de integración de negocios (…). Las inversiones de expansión serán del orden de los siete millones de euros e irán acompañadas de inversiones de mantenimiento de nuestros activos industriales de entre cinco y siete millones de euros», ha señalado el consejero delegado.
Respecto a cómo el coronavirus puede afectar al sector farmacéutico, Biosca ha señalado que es «difícil pronosticar su impacto» pero ha apuntado que en los próximos meses «podríamos sufrir falta de determinados medicamentos en España y Europa por la falta de suministro desde China».
Fuentes de la compañía han señalado que están «trabajando duro» para «compensar el efecto de la bajada de la producción en China».
«Hemos tenido que optar por hacer fletes marítimos en lugar de aéreos para poder garantizar el suministro y estamos buscando alternativas para crear stocks intermedios», ha asegurado Biosca.