Hasta ahora el gusano cabezudo afectaba a los frutales de hueso como el ciruelo, el melocotonero o el cerezo. A esta lista de árboles hay que añadir ahora el almendro y, muy concretamente, el de la provincia de Toledo donde se habla de plaga que, si no se controla ya, puede acabar con la producción en unos cuatro años.
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Fernando Pinedo, de la asociación de Productores de Frutos Secos (Crisol), detectó hace unos años que algunos almendros estaban «acogiendo» a un nuevo visitante, el gusano cabezudo o, técnicamente, el capnodis tenebrionis.
Su preocupación aumentó el año pasado cuando percibió que la «visita» no era tal y se estaba convirtiendo en plaga, principalmente en los almendros ecológicos. En estos árboles está prohibido el uso de insecticidas químicos lo que ha provocado que aumente el número de cabezudos.
Cuando lo detectaron probaron con un tratamiento natural a través de nematodos, que echaban directamente en la tierra. Sin embargo, de momento no parece que haya sido muy efectivo.
El cabezudo adulto suele aparecer en primavera alimentándose de las hojas de los árboles. En el mes de mayo es cuando pone los huevos, unos 200 por hembra. A partir de ese momento, las larvas se alimentarán de la raíz del árbol y el cuello hasta que lo secan y hay que arrancar el almendro.
LA PROVINCIA MÁS AFECTADA
La provincia de Toledo es la más afectada por el cabezudo. Fernando habla de plaga al contabilizar unos 1.800 árboles afectados, al tiempo que asegura que «ya en todas las parcelas de Toledo está el gusano», por lo que, si no se frena, «en tres o cuatro años se habrá perdido todo».
Ahora es el momento para atacar al cabezudo, porque en mayo y en septiembre es cuando los adultos hacen las puestas de huevos. Para buscar una solución, desde Crisol se van a reunir el próximo 4 de abril con miembros del Ministerio de Agricultura, porque el problema es a nivel nacional.
Murcia y la zona del Jerte (Cáceres) llevan ya años sufriendo la plaga del cabezudo. Regiones a las que hay que sumar Castilla-La Mancha, porque aunque Toledo es la zona más afectada, ya se están viendo también parcelas de Ciudad Real con este problema.
LLAMAMIENTO A LA CONSEJERÍA DE AGRICULTURA
Fernando aclara que es «un cultivo importante», aunque el almendro es minoritario en la región si se compara con otros como el olivar o el viñedo.
En Castilla-La Mancha hay unas 55.800 hectáreas de superficie de almendro, según los últimos datos disponibles en la web de la Consejería de Agricultura y que corresponden a 2009; mientras que de olivar hay unas 348.794 hectáreas y de vid, 498.660.
La Consejería ya sabe que existe este problema y, por ello, desde Crisol han pedido que se divulgue, porque hay muchos agricultores que desconocen que existe; al tiempo que han propuesto que los productores de ecológico puedan tratar con insecticidas químicos pero «que no pierdan la ayuda».
La propuesta es que el de ecológico pueda vender luego las almendras como convencionales, pero sin perder las ayudas que han recibido. Excepción que se haría por motivo de la plaga y porque, de no hacerla, tendrían que devolver dinero recibido desde hace cuatro o cinco años.
El tiempo juega en contra de los productores de almendras de la región, porque mayo, el mes de la puesta de los huevos, está a la puerta de la esquina.
LAS MEDIDAS DE LA JUNTA
La Consejería de Agricultura es consciente del problema del gusano cabezudo, confirman a Encastillalamancha fuentes de la Administración, y están dando asesoramiento técnico sobre el terreno a los productores.
Como muchos agricultores desconocen el problema, se ha editado un tríptico explicativo que se repartirá en los próximos días para dar a conocer con detalle cómo es el cabezudo, qué ataca principalmente…
Sobre los tratamientos, aseguran que para el almendro ecológico se apuesta por el encharcamiento, la limpieza y el laboreo.
En cuanto al almendro no ecológico, han solicitado al Ministerio autorización para aplicar un tratamiento con el que plantar cara a la plaga.
EL SECTOR LO VE INSUFICIENTE
Desde el sector consideran que las medidas son insuficientes, porque con ellas no se conseguirá acabar con el problema. En su opinión, la única alternativa es un tratamiento de choque fuerte tanto para los almendros ecológicos como para los que no lo son.
De momento, todas las miradas (y esperanzas) están puestas en la reunión del 4 de abril en el Ministerio de Agricultura.