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04/04/2013junio 13th, 2017

Un nuevo «géiser» de agua, que arroja agua a más de dos metros de altura sobre la superficie del terreno y expulsa una importante cantidad de dióxido de carbono (CO2), ha aparecido en Bolaños de Calatrava, un municipio de la región volcánica del Campo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real.

El «hervidero» de agua podría haber surgido de manera espontánea o como consecuencia de la actividad humana sobre el terreno, según ha comentado a Efe Rafael U. Gosálvez, del Grupo de Investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (Geovol) de la Universidad de Castilla-La Mancha que dirige la profesora Elena González Cárdenas.


Gosálvez ha recordado que la aparición de este fenómeno, que coloquialmente se les ha llevado a denominar «géiser», no es nuevo en esta región volcánica, puesto que con anterioridad en los años 2000 y 2011 también aparecieron en los términos municipales de Granátula de Calatrava y Bolaños de Calatrava.

Ha apuntado que en la región volcánica del Campo de Calatrava a cierta profundidad del terreno existen importantes concentraciones de dióxido de carbono (CO2) que pueden salir a la superficie acompañadas de agua, si las bolsas que lo contienen son perforadas al realizar pozos, o sufren alguna alteración como consecuencia de la recarga de los acuíferos.

El profesor ha comentado que miembros del grupo van a desplazarse en los próximos días al lugar donde ha aparecido el hervidero para tomar datos y estudiarlo y ha subrayado que el Campo de Calatrava es la zona de mayor gasificación difusa que existe en todo el vulcanismo europeo occidental.

Así quedó demostrado en un trabajo del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), en el que colaboró el grupo Geovol.

Éste ha advertido que la desgasificación difusa está ligada al vulcanismo del Campo de Calatrava y esta manifestación, en ocasiones, se canaliza a través de fracturas en el terreno y fuentes naturales dando lugar a la emisión continuada y de grandes cantidades del CO2 a través de hervideros y fuentes agrias.

En otras, se canaliza en fenómenos como la sima de Granátula de Calatrava o los chorros que han aparecido en los últimos años.

Un ejemplo de que la región volcánica del Campo de Calatrava es la zona de mayor gasificación difusa del vulcanismo europeo, ha dicho, es que el estudio que realizó Involcan en 2011 sobre el último hervidero, estimó que éste llegó a arrogar a la atmósfera 40 toneladas diarias de CO2.

Entonces dicho chorro, que llegó a alcanzar el 1,5 metros de altura sobre la superficie, permaneció activo durante seis días en una zona asentada sobre un pequeño maar (cráter volcánico hidromagmático) que estaba alineado con otros edificios volcánicos cercanos como el maar de La Celada y el volcán de Las Herrerías.

En el año 2000, la perforación de un pozo para riego en Granátula de Calatrava originó la aparición de otro «gran chorro de agua», que llegó a alcanzar cerca de treinta metros de altura.

El chorro, que se conoció coloquialmente como el «géiser de La Mancha», llegó a estar expulsando agua durante más de seis meses y, entonces, se apuntó que pudo arrogar a la superficie un hectómetro cúbico de agua, cantidad similar a la que sería necesaria para llenar por completo el estadio Santiago Bernabeu de Madrid.

La comarca del Campo de Calatrava en una de las regiones volcánicas más importante de la Península Ibérica, en donde la muestra de esta actividad ha dejado a la vista más de 200 centros de emisión volcánicos, repartidos a lo largo de unos 5.000 kilómetros cuadrados de superficie.

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