El líder del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha opinado que la proposición presentada por el PP para eliminar los privilegios de ex presidentes es «una cortina de humo» y ha añadido que «a mí personalmente lo que tengan los presidentes o los ex presidentes me importa un pimiento».
García-Page, durante su visita a unas obras en su condición de alcalde de Toledo, ha desvelado que el grupo parlamentario socialista presentará una batería de enmiendas al texto impulsado por el PP para acabar con estos privilegios y sólo si las aceptan, el PSOE estará dispuesto a discutir.
No obstante, ha recordado que la Ley del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha que contempla estas retribuciones fue aceptada por la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, «en su momento» y ahora se plantea «como una cortina de humo para que la gente hable de estas cosas y no del intento de pucherazo electoral» que intentan hacer.
«A mí personalmente lo que tengan los presidentes o los ex presidentes me importa un pimiento», ha afirmado García-Page, quien ha opinado que «a la gente le importa más cómo cónyuges de presidentes, de presidentas, pueden estar en consejos de administración de empresas llevándose mucho dinero y relacionándose con la administración» antes de «lo que haga Jordi Puyol como ex presidente ya con 80 años».
Además, se ha preguntado si Cospedal está dispuesta a hacer este planteamiento de eliminar privilegios en el Congreso, en el Senado y para todos los ex presidentes de España, lo que sería «coherente» con la iniciativa en Castilla-La Mancha.
García-Page se ha detenido en la reforma de la ley electoral que pretende realizar el Gobierno regional y ha considerado que se trata de «un ejercicio de antidemocracia» para ganar las elecciones, que quieren «tapar hablando de expresidentes».
En este contexto, ha dicho que tiene encuestas en las que el PSOE está entre 7 y 10 puntos por encima de Cospedal, datos que conoce el PP y que les hacen pensar que la presidenta regional «se ha convertido en la política con más rechazo y odio social, probablemente, en la historia democrática más reciente».