El Toledo empató in extremis un partido, que de no ser por los experimentos del míster Alfaro, hubiera podido ganar. Una primera parte muy seria del conjunto dirigido por Alfaro. No dio opción a claras ocasiones del Lugo. En el minuto 4, tuvo el conjunto lucense lo que podría denominarse como la jugada mas clara frente al gol, en una internada de Isma que detuvo Saavedra. En ese momento el Toledo parece que despertó y en el minuto 20, Óscar controló el balón en el área pero dicho control se le fue largo. En la jugada siguiente Carrillo puso un balón desde la banda y Aguirre al intentar rematar fue derribado por un defensor del Lugo y el árbitro decretó la pena máxima. La transformaba el pichichi del conjunto toledano, Dani Alonso, que sumaba el décimo tanto en liga.
Continuó el buen juego toledano con varias llegadas al área. El conjunto lucense metió un último arreón final en los últimos minutos de la primera parte, pero una gran defensa del Toledo deshizo todas las ocasiones de los gallegos.
La segunda mitad comenzó con una torrija tremenda del club toledano que le duro cerca de media hora. Tal es así que el Lugo logró empatar por medio de Monti y dos minutos mas tarde se adelantaba en el marcador por medio de Isma. Tal era la caraja del conjunto toledano que en dos minutos les remontaban un partido que se había puesto de cara en la primera parte. A la salida de los vestuarios Alfaro hacia el primer cambio, metía a Buades y salía del césped Óscar, renunciando claramente al ataque y metiendo más jugadores en el centro del campo para intentar dominar la posesión del balón.
El Lugo, a raíz de los dos goles, se relajo bastante y a 10 minutos para el final y tras un saque de falta, Javi Sánchez lograba el empate tras una «melé» en el área pequeña, aprovechando una serie de rechaces para poner en tablas el marcador.
Minutos más tarde, el propio Javi Sánchez veía la segunda amarilla y el Toledo tenía que defender durante los últimos 5 minutos del partido con uno menos.
En el tercer minuto de descuento el meta visitante, Saavedra, tuvo que salvar a su equipo de lo que pudo ser la puntilla. En una gran parada, salvaba al Toledo de la derrota.