José María Barreda, secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, ha sido uno de los 27 firmantes miembros del Comité Federal del Partido Socialista que ha avalado a Carmen Chacón para que pueda presentar su candidatura a la Secretaría General del PSOE en el Congreso Federal de febrero.
Independientemente de que era un secreto a voces que Barreda estaba trabajando desde hace meses a favor de la candidata, como también se sabe que otros dirigentes socialistas de la región como José Bono o Emliano García-Page simpatizan con la de Alfredo Pérez Rubalcaba, lo cierto es que en una reunión de los cinco secretarios provinciales del PSOE con Barreda se acordó que ninguno de ellos haría campaña abiertamente por ninguno de los candidatos en liza. El objetivo, evitar una fractura mayor de la que ya hay en el seno de la organización socialista castelllano-manchega.
La filosfía del pacto, acordado en diciembre, era que los jefes del PSOE en cada provincia y el propio secretario general regional se mantuvieran neutrales públicamente y se pudieran ahorrar episodios de enfrentamientos verbales, entre otras diferencias que podrían emerger en el transcurso de la campaña electoral socialista.
El propio Page, preguntado insistentemente por los periodistas sobre sus preferencias, dijo poco antes de Navidad que será neutral y que así lo acordaron los secretarios generales del PSOE en las cinco provincias y el regional.
Ahora que Barreda ha roto el pacto, ¿mantendrán la neutralidad todos los demás?
Parece difícil.