Pues aunque son los menos, siguen ocurriendo casos cuanto menos curiosos y de gente absolutamente irresponsable. Como el que se ha vivido en las últimas horas en la ciudad de Toledo y que la Policía Local, tirando de su genuino humor en las redes sociales, ha calificado como el «cuento de Pinocho».
¿Qué sucedió?
Pues que los agentes pararon a un turismo durante un control de desplazamientos y resulta que en el interior del vehículo iban, además, dos personas más (lo que durante el estado de alarma está absolutamente prohibido) y… ¡¡¡dos chivos muertos!!!
Sí, como lo leen…
Y cuando la Policía Local de Toledo preguntó al conductor…
Cuando preguntaron al conductor, «primero dijo que iba a trabajar; luego que no, que iba a su casa… Se contradicen los tres ocupantes». Por lo que los agentes lo tuvieron claro de inmediato, «colorín, colorado, este cuento se ha acabado».
Y de inmediato fueron denunciados los tres ocupantes por realizar un desplazamiento no autorizado; denunciado también el conductor por transportar animales muertos y sin identificación; y decomiso, como bien se pueden imaginar, de los animales.
El final de la historia la resumen muy bien los agentes: «Vamos a dejar los cuentos para otra ocasión, por favor».