sábado, 23 de noviembre de 2024
El cadáver ha sido localizado en el río Lozoya 11/04/2013junio 13th, 2017

El cadáver hallado en el río Lozoya corresponde a Francisco Tamayo Galán, de 79 años, que había desaparecido el miércoles en la localidad guadalajareña de Uceda y que era el padre del político Eduardo Tamayo Barrena, ha informado a Efe su familia. Según la esposa de Tamayo Galán, el anciano, que en julio próximo cumpliría 80 años, viajó el miércoles a la parcela que la familia tiene en la localidad guadalajareña de Uceda y unas horas después fue dado por desaparecido.

La esposa de Tamayo, Antonia Barrena, ha dicho en una conversación telefónica con Efe en su residencia de Madrid que ella cree que «cayó al río» pero no se explica cómo, ya que «él, en esas aguas nunca se mojaba ni los pies».


Fuentes de la subdelegación del Gobierno en Guadalajara han explicado a Efe que, al parecer, el anciano estaba en la casa de campo que tiene junto al río y resbaló por un talud al ir a conectar la bomba de riego.

El cadáver del hombre ha sido localizado hacia las 08:30 horas del jueves por un helicóptero aguas abajo del río, a dos kilómetros del lugar donde se presume que cayó, y para facilitar su búsqueda se suspendió el desembalse de una presa cercana.

Medio centenar de efectivos de la Guardia Civil, Cruz Roja y bomberos se movilizaron el miércoles sobre las 19:00 horas para buscar al anciano, poco después de que su familia denunciara su desaparición.

La Guardia Civil investiga ahora las causas de la muerte y si el hombre cayó al río por un desvanecimiento o un resbalón.

El hijo del fallecido, Eduardo Tamayo Barrena, saltó a las portadas de los diarios cuando, el 10 de junio de 2003, siendo diputado autonómico del PSOE, se ausentó de la sesión inaugural de la sexta legislatura madrileña junto con una compañera de filas, Teresa Sáez.

La ausencia deliberada de ambos evitó la elección como presidente de la Asamblea del socialista Francisco Cabaco y la previsible elección de Rafael Simancas como presidente madrileño y llevó finalmente a la disolución del parlamento autonómico y a la convocatoria de nuevas elecciones, que dieron la mayoría absoluta al PP de Esperanza Aguirre.

Tras ser expulsado del partido inmediatamente, Tamayo explicó que con su defección pretendía oponerse a que IU entrara a formar parte del gobierno regional en los términos pactados por su partido, con una cuota de participación que él consideraba «desmesurada».

Aunque desde el PSOE se sugirió que en su actitud influyeron razones de tipo económico, relacionadas con el ámbito inmobiliario, nunca se demostró y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no admitió a tramite la querella interpuesta por los socialistas contra Tamayo y Sáez por la supuesta comisión de un delito continuado de cohecho.

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