Educado y con los pies en el suelo. Así es Carlos Calvo, a pesar de que hace apenas unas semanas se proclamó campeón de España de hípica en la categoría de jóvenes jinetes. Toledano, 21 años, ahora se prepara con la selección nacional para disputar, en julio, el Campeonato de Europa.
Ahhh… Y prefirió los caballos al fútbol. Era portero en las categorías inferiores del Real Madrid, pero… Raro, ¿verdad? Pues aquí tienen su historia. Disfrútenla.
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En apenas seis meses se ha proclamado campeón de España y vencedor del Trofeo Príncipe de Asturias, ambos en la categoría de jóvenes jinetes. O, lo que es lo mismo, se ha llevado los dos mejores galardones de la hípica nacional para su edad, 21 años, lo que le han convertido en un fijo de la selección nacional que el próximo mes de julio luchará por el Campeonato de Europa que tendrá lugar en Cádiz. Cita para la que ha clasificado a sus dos caballos: Azellay y Greta Garbo. Que no son dos equinos cualquiera, ¿eh? Dos auténticas preciosidades, por cierto.
Y esto no es una película, no…
Es la historia de nuestro protagonista, el toledano Carlos Calvo Jiménez, quien a pesar de tener la oportunidad de jugar como portero del Real Madrid desde los 13 a los 16 años dejó el deporte rey porque su pasión deportiva, y de eso no tenía ninguna duda, se encontraba en la hípica.
Razón por la que se cansó de emular a Casillas y se puso a entrenar. Tampoco tenía referencias equinas en su familia, pero la primera vez que montó sobre un caballo, cuando iba al colegio… Algo se quedó ahí dentro e insistió a sus padres: caballos sí, fútbol no. Por eso comenzó a recibir clases de iniciación, la clásica doma.
Dicho y hecho. El hobby comenzó con 12 años y tras el parón futbolero lo retomó. Para no dejarlo. Su primer caballo, recuerda Nieves, su madre, se llamaba Echo de Terlón. El precio, alrededor de 12.000 euros.
EL CARIÑO RECÍPROCO ENTRE EL JINETE Y EL CABALLO, AHÍ ESTÁ LA CLAVE
Y ya con el segundo, Lancino, logró el preciado Trofeo Príncipe de Asturias. A partir de ahí, todo rodado. «¿El secreto? Trabajar, trabajar y trabajar», recalca el propio Carlos. «Si tratas bien al caballo, se porta bien. Y si le tratas como a un rey, pues mejor». Lo tiene claro: cariño recíproco.
Ahora le espera la selección nacional de su categoría, donde hay cuatro jinetes oficiales más un reserva. Y antes del Campeonato de Europa participará en dos Copas de las Naciones a disputar la primera en Francia (en mayo) y la segunda en Alemania (junio).
¿Quién inculcó la afición a quién? ¿Hijo a madre o madre a hijo? A saber… Lo cierto es que Nieves llegó a convertirse, durante una época, en criadora de caballos. Llegó a tener 12, pero ahora, para seguir de cerca la carrera de Carlos, cedió un semental a un socio y éste cría los caballos hasta que cumplen cuatro años, edad que ya están listos para montar.
Carlos, mientras, compagina su labor de jinete profesional con la de profesor de clases de iniciación en Hípica de Toledo y…
«¿Participar en unos Juegos Olímpicos? Ni me esperaba ganar el Príncipe de Asturias ni el Campeonato de España…». Bueno, todo se andará. La clave ahora está en que en 2014 pasa a la categoría de adultos. O, lo que es lo mismo, ya no sólo competirá con jinetes de su edad, sino con gente que lleva toda la vida.
Un jinete y sus equinos…
¿O el joven toledano que susurraba a los caballos?
En cualquier caso, todo un campeón.