La celebración del Corpus Christi de Toledo, su día grande, ha vivido una situación insólita a consecuencia de la crisis sanitaria por la Covid-19 y la Custodia de Arfe, emblema de la procesión, tras la misa, sólo ha paseado por la Catedral a la que han asistido apenas medio millar de personas, y por invitación, a causa de la pandemia.
La misa, presidida por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, en su estreno de la festividad, toda vez que accedió al cargo el pasado 29 de febrero, ha sido en rito hispano-mozárabe y a su término la Custodia ha procesionado por el interior del templo, con la única participación de los miembros del cabildo primado, por la girola del templo y por la nave norte hasta llegar a la Puerta de Reyes.
Con las máximas medidas de seguridad, y absoluto respeto de las distancias, han podido acceder al templo sólo con invitación las máximas autoridades políticas, con el presidente de la región, Emiliano García-Page, a la cabeza, que ha contado a su lado con el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido, y del resto de instituciones públicas, y un exiguo número de representantes de capítulos y cofradías, clero y parroquias.
[ze_gallery_info id=»380785″ ]En este contexto de seguridad, la misa se ha celebrará en el altar instalado en un estrado situado delante de la Puerta de los Leones, bajo el órgano del Emperador, y la carroza con la custodia de Arfe ha ocupado su lugar habitual, y como ocurre todos los años, quedará expuesta durante el viernes y el sábado.
Ya el domingo, dentro de los actos propios de la Semana Grande de Toledo, el arzobispo presidirá la misa en la catedral, a las 12:00 horas, y la Custodia volverá a procesionar, desde las 19:00 horas, por el interior del templo en el denominado ‘Corpus chico’.
No obstante las limitaciones de celebración por la pandemia, y además de la celebración religiosa, la ciudad ha mantenido algunas de las tradiciones de esta fecha como el lanzamiento de las Bombas Reales y el disparo de 21 salvas de honor cuando la Custodia se ha detenido en la Puerta de Reyes, donde monseñor Cerro ha bendecido a la ciudad.
Una de las novedades de este especial año es el concierto de campanas, previsto a las 20:00 horas, con la participación de torres, conventos y parroquias de todos los barrios que coordinará el director del Conservatorio de Música ‘Jacinto Guerrero’, Juan José Montero.
Ante la imposibilidad de celebrar la festividad en las calles, repletas de toledanos y visitantes en todos sus ediciones, hasta convertirse en multitudinaria, siempre engaladadas con sus mejores ‘trajes’, los floristas han previsto un recorrido virtual por los mejores monumentos florales de la carrera procesional de los últimos 19 años, además de vestir de gala los escaparates de sus establecimientos y locales anexos, en este caso menos expuestos a poder ser disfrutadas por el público.
Pese a este condicionante, al que ha obligado el coronavirus, que ha dejado las calles desiertas, el ayuntamiento ha contado con un dispositivo especial de movilidad al objeto de garantizar la seguridad, evitar concentraciones de público y respetar el distanciamiento social, y por ello la plaza del Ayuntamiento ha estado despejada durante la Eucaristía y sólo se ha permitido el paso a las personas que querían acceder a su domicilio.
El arzobispo se acuerda de «los pobres que sufren»
El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha tenido un especial recuerdo para los «pobres que sufren» en la homilía de la misa que ha presidido, oficiada en rito hispano-mozárabe, con motivo de la celebración del Corpus Christi, que se ha celebrado en la Catedral, que ha acogido un reducido número de personas, en torno a 500, debido a la pandemia por el COVID-19.
Monseñor Cerro, que ha iniciado la homilía con un recuerdo a su etapa de seminarista en Toledo, hace tres décadas, y su primera presencia en un Corpus, ya que tomó posesión del cargo del 29 de febrero pasado, ha centrado sus palabras en tres ejes: «Dios es cercano, quería vivir con los hijos de los hombres; segundo el Corpus es Dios en la calle, por eso la procesión es la más importante del año».
Y, en tercer lugar, «en esta misa hispano-mozárabe, tan solemne y, al tiempo, tan sencilla, nosotros miramos también por los pobres que sufren y, en este sentido, podemos decir que este día es de la caridad, de la presencia de Jesús en los pobres», ha enunciado.m
Dicho esto, el Primado de España ha dicho sentirse «muy feliz y contento» en esta celebración del Corpus, que ha calificado de «extraordinario» por la situación especial de la celebración, por la pandemia, «no solo por mi, que celebro por primera vez, sino porque seguramente nunca hemos tenido jamás una experiencia de este tipo y estoy seguro que no la volveremos a tener y por eso pedimos, verdaderamente, para que no vuelva a suceder».
Y es que, a consecuencia del coronavirus, con unas estrictas medidas de seguridad, la procesión con el Santísimo Sacramento en la Custodia de Arfe ha discurrido por el interior del templo, y el templo ha acogido a un reducido número de representantes de las instituciones, cofradías y capítulos que tradicionalmente participan en la procesión, en torno a medio millar.
Entre ellos, el Arzobispo ha saludado al presidente del Gobierno regional, Emiliano García-Page; al presidente del Parlamento castellanomanchego, Pablo Bellido, o a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, sin olvidar al presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, el general director del Museo del Ejército o el jefe superior de la Policía Nacional de Castilla-La Mancha.
También ha citado al Delegado de Defensa, al jefe de la Zona de la Guardia Civil en la región, al director de la Academia de Infantería, al presidente de la Audiencia provincial y al fiscal jefe, así como de las autoridades académicas y policiales o a los miembros del Cabildo, diáconos, seminaristas y al obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio.
Cerro ha expuesto de «este Corpus extraordinario» la «cercanía» de Jesús, porque «está con nosotros, sabe a misericordia» y ha aludido a la Eucaristía, el pan, la comida y la bebida, y «sabemos el amor, ternura de Dios, y tenemos la alegría y el gozo de que está presente».
«Segundo, tenemos un Dios en la calle, le encanta y no se le puede arrinconar en la Sacristía, es un Dios de la vida, de la gente de la fiesta, no quiere vivir al margen de la humanidad, de nadie», ha reflexionado monseñor Cerro. «Este año no ha podido ser así, pero enseguida lo vamos a poder retomar, desde la normalidad, y lo aceptamos con gozo, por el bien de la salud pública vivimos esta realidad que asumimos todos», ha apostillado.
Por último, monseñor Cerro ha razonado que «Dios es sabe a amor, pan partido, repartido y compartido. Hace presencia en los pobres, en los que sufren y es muy acertado que, en la situación que nos toca vivir, tengamos una mención especial a todos los que sufren, estén en paro, les va a costar llegar a final de mes».
«En este Corpus especial, en un Toledo que sabe cantar como nadie cantar la Eucaristía, engalanar sus calles, estar cercano a todos, como pocos lugares en el mundo, nos comprometemos a servir a los más pobres y necesitados, a partir del pan en la Eucaristía, pero también en tantas personas rotas que necesitan de nuestra caridad y amor», ha concluido.