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Piden 10 años de cárcel 22/04/2013junio 12th, 2017

El ganadero Francisco Eladio S.S., acusado de provocar el incendio forestal en las cercanías del complejo de Repsol Puertollano (Ciudad Real) el 16 de julio de 2005, ha culpado del inicio del fuego a un vecino «enemigo», Pablo Toledano, por unas «rencillas» sobre pastos.
Un jurado ha comenzado en la Audiencia Provincial el juicio al procesado, de 70 años de edad, acusado de un delito de incendio forestal que ocasionó la quema, durante tres días, casi de 1.400 hectáreas de pinar, monte bajo, pastos y rastrojo con el agravante de riesgo para la vida y la integridad de las personas.

Las acusaciones solicitan 10 años de cárcel, una multa de 12 euros diarios durante 14 meses y el pago de indemnizaciones por valor de más de 2,6 millones de euros por responsabilidad civil.


El procesado ha negado que fuera él quien preparó de forma manual un artefacto incendiario y lo depositó en la parte delantera del cementerio, en las inmediaciones de las instalaciones de la refinería de Repsol, a una hora de la tarde donde se registraban temperaturas entre 37.5 y 39 grados centígrados.

A Francisco le acusó ese mismo día un testigo directo, Pablo Toledano, quien unos días antes había mantenido una discusión acalorada con el acusado a raíz de los pastos del paraje de la Bachillera, lugar donde se originó el fuego.

El procesado ha reconocido mantener una relación «muy mala» con ese testigo, que se ha personado en el proceso a través de la acusación particular, y con otro testigo, Vicente Domínguez, que también vio cómo el acusado aminoró la marcha de su furgoneta blanca modelo C-15 para arrojar el artefacto en una zona de vegetación extremadamente seca para después acelerar y huir.

«EL ARTEFACTO LO TIRÓ EL SINVERGÜENZA DE PABLO TOLEDANO»

El ganadero, que por entonces regentaba un rebaño de 450 cabras, ha dicho que el artefacto lo tiró el «sinvergüenza de Pablo Toledano», al tiempo que ha subrayado que «no vio nada, ni siquiera el humo», pese a que el incendio se detectó incluso desde Ciudad Real, situada a 40 kilómetros de distancia.

Ha relatado que sobre las 16.45 horas del 16 de julio de 2005 siguió el mismo itinerario de todos los días desde su casa hasta la explotación ganadera, situada a pocos metros del lugar del incendio, para pastorear las 450 cabras en la parte trasera del cementerio y no por la delantera como sostienen los testigos y las acusaciones.

Y que ese mismo día saludó a otro pastor, Jesús Cano, en el camino de la Longuera sobre esa misma hora, por lo que la defensa ha presentado a este testigo como coartada frente a una acusación que, a juicio del letrado de la defensa, proviene de un «enemigo recalcitrante y manifiesto» de su representado.

El ganadero ha indicado, a preguntas de los abogados de las acusaciones, que a la hora del origen del incendio se encontraba echando la siesta en el interior de un vehículo verde que utilizaba para el pastoreo en otro paraje distinto a la Bachillera y ha afirmado que en el caso de que se hubiera percatado del incendio habría ayudado a las labores de extinción porque en definitiva esos -dijo- eran los pastos para su ganado.

El ganadero ha negado todo interés sobre ese paraje, pese a haberse aprovechado durante 12 años de esas tierras, y ha añadido que en el momento de los hechos pertenecían a su «enemigo» Pablo Toledano.

Igualmente, ha negado haber sido detenido hasta en dos ocasiones por parte de la policía por dos hechos similares ocurridos en Puertollano en un verano extremadamente seco.

El letrado que representa a Repsol Puertollano ha pedido a los nueve miembros del jurado que tengan en cuenta la agravante de «riesgo para la vida y la integridad de las personas», dado que el fuego se aproximó peligrosamente al complejo petroquímico.

Según ese abogado, el acusado, como gran conocedor del campo, actuó de forma «intencionada» en unas condiciones meteorológicas propicias para el desencadenante de un gran incendio que también afectó al Centro de Transportes donde se encontraban camiones con líquidos inflamables.

El juicio seguirá el martes 23 con la declaración de los testigos y de los agentes de la Policía Nacional y Local que recabaron los primeros datos de un fuego que provocó un importante impacto medioambiental y daños y perjuicios en múltiples fincas.

El mismo día que comenzó el fuego de Puertollano se originó el incendio de Guadalajara, en el que al día siguiente murieron 11 trabajadores de un retén forestal y en el que se quemaron casi 13.000 hectáreas.

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