lunes, 25 de noviembre de 2024
26/04/2013junio 12th, 2017


La llegada del mes de mayo significa para Pedro Muñoz (Ciudad Real) una explosión de alegría contagiosa que inunda casas, calles y plazas. Brotan los campos y se despiertan nuestros sentidos con la llegada de la primavera. El canto del mayo, el sonido de instrumentos populares, los vistosos trajes de las mayeras, la ofrenda a la patrona Nuestra Señora de los Ángeles, las calles atestadas de pedroteños y visitantes, la ronda, los bailes tradicionales… Eso es el Mayo Manchego.

Para los historiadores y estudiosos es difícil fijar una fecha concreta para el origen de Los Mayos, que se encuentran en la salida de los mozos del pueblo la noche del 30 de abril a cantar a la Virgen y a las mozas de la localidad para cotejarlas. Según fuera la respuesta de éstas, les pintaban en la fachada una maceta, que intentaban que fuera lo más bonita posible, o tiraban un cubo de pintura, dibujando así la denominada «enramá». Las salidas de esta noche se denominaban salir «de ronda».

Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Regional en 1992, Pedro Muñoz ostenta el título de ‘Villa y Corte del Mayo Manchego’ porque, a pesar de ser una fiesta que se celebra en toda Castilla-La Mancha, es aquí donde goza de mayor fama y reconocimiento.

Festividad que toma como imagen la maceta y la reja, simbolizando la ronda de los jóvenes a las mozas pedroteñas. La mujer, al igual que la música y los bailes, se convierten en los grandes protagonistas de una tradición que tiene como origen el cortejo de las jóvenes y la protección de los campos para obtener buenas cosechas.

La noche del 30 de abril, después del concurso de farolas, la ofrenda de flores y el canto del mayo a nuestra patrona, se concentran los grupos de rondallas que, junto al público congregado, recorren a pie las calles de la localidad haciendo paradas en los patios o casas de las mujeres más bellas del municipio (damas elegidas) para cantarle los mayos como antaño a la mujer que era cortejada desde la reja o el balcón, sirviéndose pequeños aperitivos y el tradicional «zurra» (vino blanco con azúcar, limon y agua) y así una a una hasta el amanecer.

La tarde del 1 de mayo se abre con el desfile de mayeras, autoridades y grupos participantes en el festival de folclore regional para dar paso al mismo uno de los actos que más protagonismo y expectación despierta de entre todos los celebrados y que cuenta con la participación de numerosos grupos folclórico llegados de distintos puntos de la región castllano – manchega y a veces del resto de España, que ataviados con antiguos trajes hacen demostraciones de folclore a través de bailes perfectamente sincronizados y la ejecución de autenticas seguidillas, jotas y fandangos manchegos.

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