Convocada por la Asociación Vecinal de Illescas AESI, Asociación El Señorío Importa, tuvo lugar en la noche del miércoles una caceorolada de apoyo a una vecina que había sido agredida por una okupa.
La propia convocatoria de la cacerolada explicaba que «todo viene porque esta vecina denunció a unas personas que han ocupado ilegalmente una vivienda hace tiempo».
Es un episodio más, seguramente no el último, de los que se viven en la calle Real, 17 de Illescas (Toledo), donde desde hace cuatro años se ocupó una vivienda y los vecinos que se han enfrentando a ello sufren represalias.
Un puñetazo en la cara
«Una vivienda de este portal, propiedad de la banca, fue ocupada hace aproximadamente cuatro años», nos cuenta la vecina agredida.
Ella es la persona que ha denunciado que el pasado 17 de agosto fue agredida físicamente por la mujer que «okupa» el piso debajo de su domicilio. Un puñetazo en la cara que ha dejado visibles muestras en el ojo, aún dolorido y con visión borrosa, como ha descrito a encastillalamacha.es.
La vecina que denuncia la agresión está muy agradecida a la solidaridad de los vecinos que participaron ayer en la cacerolada convocada por AESI, que también fue secundada responsables políticos locales como Alejandra Hernández, presidenta del PP de Illescas; o Raúl Casla de Ciudadanos. Igualmente, muestra su agradecimiento a a la asociación AESI, que preside, Victor Merino, así como a la Policía Local y la Guardia Civil.
Un año de pesadilla okupa
Antes de este incidente un año de pesadilla, desde que esta illescana se cambió a su domicilio actual en mayo de 2019. «Yo no sabía que debajo de mí había un piso okupado», relata. Y a continuación una larga lista de ataques a la convivencia, con ruidos, broncas, peleas y en la ´última época amenazas e insultos.
«Música alta a todas horas, aullidos de los perros desatendidos y sin comer, golpes en el techo con un palo a las 4 o las 5 de la madrugada, que nos impiden poder dormir… Pegan a los perros…», relata, que asegura que «el empecinamiento conmigo es porque se enteraron de que llamamos a la Guardia Civil«.
Como se pueden imaginar las constantes denuncias a la Guardia Civil, el ayuntamiento o la Policía Local no han servido para solucionar el problema y ni siquiera apaciguarlo, porque la ley actual impide soluciones rápidas en te tipo de situaciones.
Dos familias han abandonado el edificio
Por el momento «ya hay dos familias que han abandonado el edificio«, asegura. «El asunto está en los juzgados, que ordenaron el desahucio, pero recurrieron y lo paralizaron», comenta.
Pero las cosas no se han quedado solo ahí. El 17 de agosto, la vecina se encontró en el descansillo con la mujer que okupa esta vivienda actualmente y… «Me dio un puñetazo en la cara que me noqueó», ha explicado a encastillalmancha.es. De inmediato se fue a Urgencias y posteriormente, con el parte médico en la mano, a denunciar al juzgado.
Antes, continúa su relato, había subido a su casa para amenazarla. «En ese momento estaba hablando con los Servicios Sociales del ayuntamiento y ella, al ver que estaba al teléfono, empezó a hacer gestos de amenaza, como que me estaba vigilando y me iba a cortar el cuello».
«Creo que son varias hermanas, de unos veintitantos años, unas veces está una, otras vienen otras… No pagan la comunidad y cuando les corta la luz destrozan la entrada al cuarto de contadores».
Desgraciadamente una historia que se repite demasiado. Amparados por la legislación actual, este tipo de ocupaciones proliferan en pueblos y ciudades y en Castilla-La Mancha, en las zonas más próximas a Madrid de Toledo y Guadalajara es una realidad creciente y una preocupación constante.
Vídeo de Enrique Sanz:
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