lunes, 25 de noviembre de 2024
Una foto con duende 12/05/2013junio 12th, 2017

«Una de mis grandes aficiones, desde siempre, ha sido la magia. Es un arte que he practicado muchos años, en el que he hecho buenos amigos y algo que me emociona como a un niño cuando veo cómo un maestro me encandila con sus efectos de cerca o escena».
Así comienza el fotógrafo Pepe Castro el texto que acompaña su último retrato, el del mago Jorge Blass.

Jorge ha sido el niño precoz en esto de la magia en España, el más joven en conseguir pasar el examen de ingreso en la SEI (Sociedad de Ilusionismo Española), con tan solo 12 años… y desde entonces ha sido imparable. No me equivoco mucho si digo que hoy en día es la cara mas conocida en este arte, siempre con permiso del maestro Tamariz.


Tengo que ir a casa de Jorge hoy para hacer este retrato. Hemos quedado a las 12 y, mientras preparo todo, antes de salir de mi estudio, le hago una llamada de confirmación. Todo OK, contesta, pero para ganar unos minutos me pide que le recoja en el Teatro Compac Gran Vía, de donde sale de una reunión para un nuevo show. A mi me pilla de paso, así que… acepto.

Llegando al teatro, le pongo un mensaje para que me espere a pie de calle y allí le recojo sobre la marcha. No vive lejos y en pocos minutos estamos aparcando; hemos tenido suerte encontrando un sitio justo frente a su casa.

Desde el salon de la misma hay unas vistas privilegiadas sobre esta zona de Madrid, así que me paro unos minutos a contemplar esto y respirar el aire fresco en la terraza antes de liarme con el montaje.

Moviendo tan solo una mesita, donde imagino que debe pasar muchas horas cavilando e inventando, encuentro el espacio perfecto para preparar mi escenario. Solo con un flash y ajustando bien la distancia con la pared contraria para usarla como reflector, consigo una luz que me gusta. Cada día aprendo mas sobre como usar los recursos «in situ».

Ahora le tengo delante y compruebo que efectivamente la luz está perfecta. Empezamos probando con algunos disparos y una baraja en sus manos, utilizamos después una varita mágica y por último nada más que sus manos de mago llamando a la concentración sobre el efecto que está a punto de regalar.

Por si acaso, antes de que ocurra…

ClicK!!!»

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