El deán de la Catedral de Toledo, Juan Miguel Ferrer, ha avanzado este martes que la reapertura de la torre del templo catedralicio, cuyas obras de restauración dieron comienzo el 4 de agosto de 2019, tras 40 días de montaje de andamios, tendrán lugar a «principios o mediados» de octubre.
De esta manera se ha pronunciado el deán a preguntas de los periodistas tras presentar los actos en torno a la celebración del triduo y la misa en honor de ‘Nuestra Señora Santa María del Alcázar’, al iniciarse ya los trabajos de desmontaje de los andamio.
Visitas en grupos reducidos
«Una vez retirados se reanudará con normalidad, se retomarán las visitas», si bien «los grupos serán un poco más reducidos» por la actual pandemia, ha precisado Ferrer, y el aforo, que antes de las obras eran de unas 20 personas, «ahora se pueden reducir a la mitad, pero es algo que habrá que ver con los técnicos».
Un hecho, ha aclarado, por los espacios reducidos, como la escalera de caracol, «pero si los técnicos lo ven prudente el grupo se puede reducir en menor cantidad, 12-15 personas como máximo» y ello porque «al llegar a los tramos estrechos de escalera, en lugar de subir todo el grupo de golpe, unos se pueden quedan asomados a una terraza o viendo la casa del campanero mientras los otros suben, y luego lo hacen el resto».
«Habrá que estudiarlo, aún no esta decidido porque tienen que ser técnicos en sanidad los que aconsejen si se puede, prudentemente, hacer una manera o de otra», ha reforzado Ferrer, quien si ha aseverado que, con el reinicio de las visitas, «se podrá contemplar en todo su esplendor» la belleza de la torre, especialmente desde la calle y por la noche, «cuando esté iluminada».
Un hecho que ha atribuido a las nuevas técnicas de mortero que se han empleado en la restauración: «Ahora se ve que este mortero da más unidad a la torre, aunque habrá a quien le extrañe«, ha refrendado el deán, quien ha confirmado que se realizará un acto público cuando se inaugure, «aunque sea reducido, para que expertos y técnicos expliquen sus características», ha concluido.
La restauración de la torre, tras desprenderse una de su cornisa, en octubre de 2018, tendrá un coste cercano al millón de euros, aunque el inicial rondaba los 800.000 euros, con cargo al convenio del tratado con la Santa Sede, y es la primera intervención de la torre de la catedral, construida entre los siglos XIV y XV, con trabajos desde la base hasta la barandilla, unos 50 metros de altura.
La anterior única actuación en el templo catedralicio se produjo en la aguja superior, en la década de los años ochenta del siglo pasado.