El presidente de Cáritas Castilla-La Mancha, Silvestre Valero, ha señalado que la organización diocesana en la región ha adelantado ya casi tres millones de euros, a la espera de que se convoquen las ayudas en Servicios Sociales y que consigue mantener su actividad gracias a la solidaridad ciudadana.
En rueda de prensa, Valero ha señalado que Cáritas está llevando a cabo todos los programas y no saben lo que va a pasar ni cuándo van a salir las convocatorias, en lo que ha calificado como «una situación límite».
«No sabemos si nos van a aprobar todo el gasto que estamos haciendo y nuestros trabajadores están en el aire porque no sabemos qué cantidades nos van a dar ni qué programas nos van a aprobar», ha lamentado el responsable regional de Cáritas.
Y ha subrayado que «hay un silencio en la administración» y que, pese a que estamos a finales de mayo, aún no se sabe nada de las ayudas de los Programas de Integración Social (PRIS).
En este sentido, ha afirmado que en Cuenca se han adelantado ya 600.000 euros en este 2013 pero en toda Castilla-La Mancha la cifra ronda los tres millones de euros.
«Estamos esperando las convocatorias y estamos esperando una respuesta», ha dicho Valero, que ha puesto como ejemplo el Albergue de Transeúntes de Cuenca, donde, ha dicho, «vamos firmando con el Ayuntamiento para mantenerlo pero estamos sin cobrar 2012 y también 2013».
Y ha apostillado: «estamos manteniendo un albergue con la generosidad del pueblo».
Cáritas ha presentado su Memoria de 2012 en la provincia de Cuenca, donde la organización diocesana atendió a más de 6.600 personas y los recursos propios que obtienen llegaron el año pasado al 44 por 100 de sus ingresos.
Valero ha señalado que Cuenca sigue la misma tónica nacional y regional en la que se ha visto triplicada la acogida y asistencia de 2007 a 2012.
Ha resaltado que, de los 2,4 millones de euros que ingresó el año pasado Cáritas de Cuenca, 1,3 son subvenciones pero la organización mantiene sus programas, cada vez en mayor medida, con fondos propios.
Valero ha reprochado también la actitud de la administración, que considera de «despreocupación», mientras que las organizaciones sociales «son las que tienen que cargar con la falta de ingresos en servicios sociales», ha denunciado.