«Hay un refrán que señala tres jueves al año que relucen más que el sol: el Jueves Santo, el Corpus Christi y el día de la Ascensión; pero en Toledo, la imperial Toledo, ciudad histórica y llena de arte en cada esquina, en cada adoquín, en cada tejado, en cada calle, el Corpus entraña y contagia tanto a propios como a ajenos un sentimiento especial.
Como presidente de Globalcaja, no quería dejar pasar esta feliz circunstancia, para dirigirme por primera vez a los toledanos en el día de su fiesta grande, cuando la ciudad engalana calles y plazas con reposteros, tapices, adornos florales y las cubre con largos toldos como palio infinito para el Santísimo que guarnecido en su colosal custodia va llenando de paz los corazones a su paso majestuoso.
La fiesta grande de Toledo es un día para sentirnos orgullosos todos los que, de una manera u otra, toledanos o no, hemos elegido esta ciudad para nacer, vivir, crecer o trabajar, contribuyendo con ello, en definitiva, al desarrollo de la sociedad y la economía de nuestra región, de nuestra tierra.
Una tierra de aromas, de cantueso, incienso, de romero, tomillo y espliego recogidos de nuestros campos para impregnar el aire que se respira en este día grande; tierra de colores como el de sus mares de olivos que proporcionan ese otro preciado tesoro que es nuestro aceite de oliva , y una tierra también de sabores, de cepa fecunda que ofrece su fruto para convertirlo en vino.
Hoy, después de casi dos años, cuando Globalcaja llegó a Toledo, es el momento de devolver a la ciudad la hospitalidad, el cariño y la cercanía con que nos recibieron instituciones, organizaciones y asociaciones, en definitiva, el conjunto de la ciudadanía. Por eso queremos estar con ellos en esta fiesta declarada de interés turístico internacional y reconocida como la más importante y antigua de la ciudad, en un gesto de apoyo incondicional a las tradiciones y señas de identidad de nuestros pueblos y ciudades.
No por repetido es innegable que vivimos tiempos difíciles; tiempos de inquietud y de incertidumbre en los que urge, cuanto antes, paliar los terribles efectos causados sobre el empleo y sobre la capacidad adquisitiva de las rentas más bajas. Confío en que los importantes e incluso, dolorosos esfuerzos que todos estamos haciendo, nos lleven a superar la crisis económica que estamos atravesando.
Pero mayor aún, si cabe, es mi confianza en nosotros mismos, en el talento de nuestras gentes de nuestra tierra, en su potencialidad creadora, en el aprovechamiento de los recursos, en la férrea voluntad y capacidad de nuestros empresarios y en la perseverancia de nuestros agricultores y ganaderos.
Confianza en todos aquellos que, con su trabajo, enriquecen sobre manera la realidad presente de cualquier pueblo o ciudad, dotan de solidez y vida a su tejido social y, día a día, redoblan sus esfuerzos para hacer frente a las dificultades.
Y así es GlobalCaja. Una entidad en la que es imprescindible contar con la confianza de nuestros socios y clientes. Nuestro proyecto es un proyecto sólido que genera confianza. Tenemos unas inmejorables perspectivas en Castilla-La Mancha y en el grupo de las Cajas Rurales.
Somos una banca de personas y no de productos. Un modelo distinto e innovador en el que la cercanía es una de las ventajas competitivas más importantes que tenemos como entidad financiera y que se basa en los vínculos, en la empatía y en el conocimiento profundo de las necesidades y circunstancias de nuestros socios y clientes.
Esta cercanía nos anima al compromiso diario no sólo a través de operaciones financieras y asesoramiento agrario, sino también a través de nuestra obra social y nuestras fundaciones, impulsando el desarrollo socio-económico de Castilla-La Mancha en varios ámbitos: el cooperativo, el económico, el empresarial, el educativo, el cultural, y en especial, el de la actividad emprendedora.
Nuestro proyecto es un proyecto cercano, próximo y humanizado que conecta nuestros objetivos a las necesidades reales de las personas con nombre y rostro.
Quisiera desde aquí, desde la cercanía y la confianza, transmitir una nota de ilusión en el futuro y en nuestro esfuerzo compartido frente a los problemas, convencido de que solo se avanza caminando hacia delante.
Recibid mis mejores deseos de salud, felicidad y optimismo para este gran día, el día del Corpus, y para el tiempo que vendrá después, con la esperanza y el deseo de prosperidad que todos queremos.
Por Higinio Olivares Sevilla, presidente de Globalcaja