viernes, 18 de octubre de 2024
El fiscal pide 14 años para cada uno 10/06/2013junio 12th, 2017

Los acusados de matar de una «gran paliza» a un compatriota rumano en el exterior del bar Tiffany’s de Mocejón (Toledo) la noche del 28 de julio de 2011 han negado que tuvieran intención de acabar con la vida de su amigo y que la trifulca era una «pelea normal y corriente».
Durante su declaración ante un jurado popular, Nicusor M.G. y Costel G., sobrino y tío y de 24 y 35 años, respectivamente, negaron que propinaran golpes en la cabeza a Ovidiu M.D. con un palo, mediante puñetazos o patadas, que le causaron, según las acusaciones, graves lesiones que le provocaron la muerte horas después en el hospital de Toledo.

Ambos también han explicado que fueron a buscar a la víctima no para acabar con su vida, ni siquiera para agredirle, sino para pedirle explicaciones tras saber Nicusor que Ovidiu le había sustraído de su casa una pistola de fogueo y un dinero que guardaba en una caja fuerte.


Nicusor ha explicado que el palo con el que propinó cuatro golpes al fallecido y que se rompió tras el primero, lo llevaba desde hace 15 días en el coche y que lo sacó del maletero cuando el agredido le amenazó con «pegarle una hostia», ya que el fallecido era mucho más corpulento que él y «muy agresivo» y con el que había tenido frecuentes broncas.

Por su parte, Costel -que había salido de la cárcel hacía mes y medio cuando ocurrieron los hechos- ha explicado que acompañó a su sobrino a buscar a Ovidiu porque le vio «muy alterado», que se quedó dentro del coche y que solo salió cuando la víctima sacó del bolsillo trasero del pantalón la pistola que le había robado a su sobrino.

Ha indicado que solo propinó un puñetazo a la víctima en el abdomen y la pelea cesó cuando arrebató a Ovidiu el arma, con la que temía hiciera daño a los presentes, ya que el fallecido tenía «el dedo puesto en el gatillo».

También han dicho que no vieron sangrar a la víctima y que cuando abandonaron el lugar no eran conscientes de la gravedad de las lesiones que tenía el fallecido, que al igual que los acusados, tenía antecedentes penales.

El presidente magistrado del jurado popular, Rafael Cáncer, suspendió el interrogatorio de los acusados a los 20 minutos de que la fiscal del caso comenzara a preguntar al primero de los procesados y para que el jurado, con mayoría de mujeres, tuviera tiempo de comer, ya que tenían que dar aviso al servicio de catering.

El fiscal pide 14 años de prisión para cada uno de los acusados por un delito de homicidio con la atenuante de arrepentimiento espontáneo y agravante de abuso de superioridad, ya que la víctima iba bebida y se enfrentaba a dos personas que le golpeaban con un palo, con patadas, puñetazos y con la culata de la pistola, lo que reducía su capacidad de defensa, según sostiene el ministerio público.

El fiscal entiende, según ha explicado al jurado antes de iniciarse el interrogatorio, que o bien los acusados tenían intención de matar a Ovidio, o bien aceptaron la posibilidad de que el agredido pudiera morir a causa de la «brutal paliza» que le propinaron.

La acusación particular pide 20 años de prisión por un delito de asesinato, al producirse la muerte de Ovidiu, que era hemofílico, con alevosía y ensañamiento, ya que le siguieron golpeando al estar indefenso en el suelo.

La defensa piden la absolución de ambos, en el caso de Costel porque este intervino en la pelea por «miedo insuperable» y solo cuando vio que la víctima sacó la pistola que le había robado a Nicusor, mientras que la abogada de este considera que Ovidio murió por un «desgraciado accidente» y por las heridas que se causó dos días antes por un accidente de tráfico y por la hemofilia que padecía.

La vista oral seguirá el martes con la declaración de los testigos de la pelea y también de agentes de la Guardia Civil.

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