El presidente de la Federación Regional de Empresarios de Peluquería y Centros de Estética de Castilla-La Mancha, Andrés García Ronco, ha reclamado ayuda para 2021, tras un año de crisis que ha generado un descenso de salones en la Comunidad Autónoma en alrededor de un 35 por ciento.
«Nos han dejado de la mano de Dios, los primeros en salir a trabajar fuimos nosotros, se han lavado las manos. Estamos pasándolas canutas», ha afirmado García Ronco.
Ha cifrado en unos 14.000 las trabajadoras que se contabilizaban en 2019 en Castilla-La Mancha en este sector, y comparándolo con el final de este 2020, el número de empleadas -pues mayoritariamente son mujeres- se reducirá hasta los 9.000, con la previsión de que «muchos salones» cierren en 2021.
A su juicio, «ya va tocando» que se ayude «un poco» al sector, al menos que las administraciones «paguen los EPIS», que suponen un gasto medio mensual de 600 euros.
García Ronco describe un sector de «capa caída» a lo que se suma un IVA del 22%, que no se ha visto reducido desde el año 2012, el aumento de la competencia desleal y la disminución de clientela «por miedo».
En salones de 10 personas, ahora están trabajando 3 o 4, ha explicado el presidente de esta federación, por lo que ha pedido desterrar la idea de que este sector representa la parte «happy» -por lo que atañe al cuidado personal-, pues le está afectando en las mismas proporciones «la situación de pánico monumental», ya que no tienen «la misma punta de negocio» que a principios de 2019, «cuando parece que comenzaba la cosa a remontar».
Por ello, demandan la implicación del Gobierno regional y los partidos políticos -ya se han reunido con el PP y el PSOE y cargos de la Consejería de Hacienda- para que se puedan plantear ayudas directas al sector o para que interceda con el Gobierno estatal a fin de lograr una bajada del IVA.