Como profesionales de los servicios emergencia, los bomberos de Toledo han vivido días de infierno tratando de plantar cara a un temporal intratable, la borrasca Filomena, que en el caso de la Ciudad Imperial dejó más de 50 horas ininterrumpidas de nevadas.
El relato de estos días que se puede escuchar a los bomberos de Toledo es estremecedor. Han estado en la boca del lobo, cuando la nieve más azotaba todo eran emergencias, urgencias y obstáculos. De todo tipo. Mañana, tarde y noche, doblando turnos muchos de ellos o quedándose a descansar en el parque en vez de ir a casa.
Más de 150 intervenciones en cuatro días que no olvidarán: desde dar soporte a los vehículos sanitarios para que estos pudieran seguir desplazándose hasta comprobar uno por uno el interior de los turismos que se habían quedado atascados y cubiertos de nieve para comprobar si dentro se había quedado alguien. Afortunadamente no se encontraron con ninguna situación grave en este sentido y pudieron acompañar de vuelta a casa a las personas que fueron descubriendo atrapadas en sus vehículos inmovilizados.
La lista de actuaciones se completa con tareas de revisión de estructuras colapsadas, la retirada de árboles en vía pública y ramas con riesgo de caída por el peso de la nieve, la limpieza de los accesos a los hospitales y centros de salud de la ciudad, esparcir sal por las vías de más tránsito de Toledo.
[ze_gallery_info id=»406049″ ]Remolcar ambulancias, llevar medicinas
Además, según han relatado a encastillalamancha.es, una dotación extra contratada por el Ayuntamiento de Toledo se encargó de trasladar al personal sanitario de sus domicilios a los hospitales y de acercar medicamentos de vital importancia a personas que se encontraban aisladas por la gran nevada caída.
A veces era acompañar al hospital o a casa al persona sanitario, pero en muchas ocasiones su labor fue remolcar ambulancias varadas por la acumulación de la nieve en las calles y viales de Toledo.
Retirar nieve en los tejados del casco
Sus labor también incluye ir retirando de forma controlada la acumulación de nieve en los tejados y se esparce sal en las vías de mayor tránsito.
Precisamente esta es la tarea que centra buena parte de las actuaciones desde que cesó la nieve. Son, en muchos casos, situaciones de alto riesgo, como la que recoge el vídeo en el que se ve a varios bomberos retirando la nieve de la calle Arco de Palacio, donde se unen la catedral de Toledo y el palacio arzobispal.
Como siempre, las cosas son más complicadas en el casco histórico. Allí no se puede acceder a con los vehículo autoescala y la limpieza de los tejados en altura hay que hacerlo subiendo y bajando manualmente con cuerdas. Es una situación de mucho peligro que se repite estos días, con el fin de evitar que los témpanos de hielo caigan sobre los viandantes o dañen las cubiertas por el peso acumulado y se produzcan derrumbes.
Evitar desplazamientos
Saben que en momentos como estos hay que dar más del 100 por 100. Y ahora, mientras la normalidad va regresando a distinto ritmo según las zonas, piden sentido común para salir a la calle y evitar caídas y fracturas por resbalones en el hielo.
Y, por supuesto, aconsejan limitar los desplazamientos a lo estrictamente necesario para no entorpecer la retirada de vehículos que siguen atascados o la limpieza de la nieve que, convertida en hielo por las heladas, permanece cumulada en muchas calles.
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