Del 26 al 30 de junio el Festival de Teatro Clásico de Chinchilla (Albacete) celebra su XVIII edición, una cita a la que acudirán actores de renombre como María Luisa Merlo, Juan Calot o Rafael Álvarez «El Brujo».
La programación arranca con la representación el día 26 de «Amores de fábula», una historia de amor entre dos actores que se reencuentran y recuerdan sus vidas a través de textos clásicos: el Romancero, Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Espronceda, Bécquer, Zorrilla…
El 27 de junio Teatro Corsario ofrece «El médico de su honra», una tragedia de mujeres en un mundo dominado por los hombres. Aquí está la sangrienta receta para curar los celos; el asesinato premeditado y consentido por la autoridad; el reino del secreto, la doble moral y los valores inquebrantables. A partir de un tema desgraciadamente tan actual como la violencia machista, Calderón construye con mano maestra una historia asombrosa.
El viernes 28 de junio será el turno de «Juana, la reina que no quiso reinar», donde se parte de una Juana, mujer y reina, abandonada que, con cansancio rebusca entre el recuerdo y la desesperación para entender una existencia impuesta por las necesidades de un Estado. Padres, amor, hijos… se hacen presentes y se entroncan para crear un espacio de ensoñación dolorosa que la arrastra y la disuelve en el camino de la locura.
«El Brujo» pondrá en escena, el 28 de junio, «Bululú». «Bululú» es sencillamente un actor solista. Esta tradición perdida tiene su arraigo en el Siglo de Oro español. Aunque en Italia se ha conservado mejor, las connotaciones son completamente distintas. Hay muchos exponentes actuales de esta modalidad. Especialmente conocido es el Premio Nóbel de Literatura, Darío Fo, pero sus ancestros se remontan a la juglaría medieval italiana y al teatro renacentista.
Por último, el 30 de junio el Claustro de Santo Domingo acoge el concierto de La Reverencia. Desde su creación La Reverencia viene trabajando en el campo de la interpretación musical con criterios históricos. Formados en algunos de los centros de más prestigio en el campo de la música antigua, como son los conservatorios de La Haya, Utrecht, Milán, CNSM de Lyon o la ESMUC de Barcelona, sus componentes son profesionales que cuentan con una dilatada carrera artística de trayectoria internacional.
A este ciclo le acompañará el mercado medieval, donde no solo hay puestos artesanales, sino también grupos de música, luchas, desfiles, caravana de burritos, una domadora de bestias y hasta un espectáculo brujo de alabanza al fuego. Para frotarse los ojos y sentirse enviado hacia el pasado por una máquina del tiempo. Este año, además, con el aliciente de que la ciudad abre las puertas de sus ermitas, sus patios, sus museos y algunos de sus edificios históricos para ofrecer al visitante exposiciones, conciertos y las entrañas de su historia, que hasta ahora han estado cerradas tras las calles serpenteantes y estrechas donde se instala el mercado.
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