La duda o, mejor, las dudas, se resolverán mañana viernes, 5 de febrero, durante la reunión extraordinaria que celebrará el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha (comenzará a las 10 horas) y que dirigirá el presidente de la comunidad autónoma, Emiliano García-Page.
Sobre la mesa, una decisión, o varias decisiones, que no serán nada fáciles, desde luego. Porque hay que determinar entre la salud o la economía o… entre una mezcla de las dos.
Confinamiento perimetral, toque de queda…
O, lo que es lo mismo, ¿podrán abrir, aunque sea durante unas horas, la hostelería castellanomanchega y otros sectores económicos después de permanecer cerrados durante las dos últimas semanas? ¿Desparecerá el confinamiento perimetral de todas las localidades de la región? ¿O solo de algunas? ¿O de ninguna? ¿Se ampliará, se relajará o se mantendrá el actual toque de queda?
He ahí la cuestión. O las cuestiones.
Los datos epidemiológicos y los datos hospitalarios
Para tomar una decisión habrá dos indicadores sobre la mesa de los consejeros: los datos epidemiológicos y los hospitalarios.
En estos momentos, respecto a los primeros, los epidemiológicos, tendrá esencial importancia la Incidencia Acumulada durante los últimos 14 días, que se conocerá precisamente hoy y darán una idea real del número de contagios que hay en la región y de cuál ha sido su evolución en estas dos semanas, sobre todo después de imponer las duras restricciones actuales que finalizan, en principio, este domingo 7.
Las duras restricciones en CLM no se relajarán, mínimo, hasta el 8 de febrero
Los números son números y no engañan: la cifra de contagios sigue siendo alta. Muy alta. Pero es cierto que han mejorado respecto al momento en el que el Gobierno regional decidió «cerrar» la región prácticamente a cal y canto, igual que hizo con la hostelería y los centros comerciales que tuvieran más de 300 metros cuadrados de superficie.
Los datos de contagios suben muy rápidos, pero bajan muy lentos
Las medidas se tomaron con números muy malos después de una «libertina» Navidad en la que las medidas se hicieron más laxas y la responsabilidad individual falló más de lo previsto, y es cierto que han mejorado debido a las restricciones.
La parte negativa de toda esta historia de contagios, es que las cifras suben más rápido de lo que luego bajan. O, lo que es lo mismo, es más fácil contagiarse que curarse. Y mientras la línea de los gráficos suben de forma muy rápida tardan demasiado en bajar.
Después, tan importante o más que lo que hemos explicado, está la cuestión de los datos hospitalarios. O, lo que es lo mismo, la presión asistencial de los hospitales por los ingresos de pacientes Covid en cama convencional y en las UCI.
La decisión no es fácil. Nada fácil
Es obvio que la Sanidad no puede estar colapsada, porque si así fuera «apaga y vámonos». Para conseguir ese objetivo se deben imponer medidas porque el virus tiene una «fiesta» diaria.
Si hay duras restricciones la economía no funciona. Y si la economía se pone en marcha se corre el riesgo de subir los contagios de forma muy rápida y de volver a colapsar los centros sanitarios.
Por eso la decisión que ha de adoptar mañana el Gobierno de Castilla-La Mancha no es fácil. Nada fácil.