«¿Actuar en una película porno? Pues… En principio no, pero si hay que actuar, ¡ya sabes que soy artista!, pues yo… ¡A lo mejor actuaría! ¡Los artistas somos artistas! Otra cosa… ¡Habría que ver el guión! ¿Eh? Ja, ja, ja… De momento, ¡me estudiaría el guión! A lo mejor si es la única forma de ser artista… Ja, ja, ja… ¡Pero mientras esté mi madre a lo mejor no lo puedo hacer! Pero vamos, que tampoco es una cosa que se pueda descartar, en la vida no se puede descartar nada siempre que no hagas mal a nadie».
Olé y olé, señoras y señores. Con ustedes…
Es raro, demasiado, no ver a Carmen Jiménez, Carmela para todos, con una sonrisa de oreja a oreja. O con un chascarrillo que le sale por la boca… O con un «¿qué tal, alhaja?» como saludo. Alegría de principio a fin de esta concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Toledo y vigilante de sala en el Museo Sefardí o en el Museo del Greco, indistintamente, de la capital regional.
Con Carmela, y no iba a ser menos en esta Entrevista Irreverente, de la que encastillalamancha.es les adelanta un aperitivo, ya saben que se la ofreceremos, íntegra, mañana viernes, es muy difícil no hablar de dos cuestiones: la primera, cuando vivió de pequeña y junto a sus padres «en la finca del señor marqués, que aquello era lo más parecido -recuerda- a la película de ‘Los santos inocentes’; porque yo lo viví en primera persona»; y la segunda «mi no boda por el rito del Tajo y mi boda en el ayuntamiento, que me casó mi Aurelito«.
Lo de Aurelito es obvio, así es como llama, destila cariño a raudales, a su compañero y portavoz de IU en el Ayuntamiento de Toledo, Aurelio San Emeterio.
De su vida en la finca recuerda «cuando el señor marqués llegaba en un Tiburón (un coche de la época) con chófer, doncella, cocinera y mayordomo… ¡Todo el mundo se revolucionaba!». ¿Quieren saber lo que cobraba su padre por trabajar en la finca? ¡Cabra incluida para que les diera leche! Carmela lo recuerda, calcado, a lo que pudimos ver años después de la famosa película de Mario Camus y basada en el libro de Miguel Delibes. Pero esperen a mañana y comprobarán que…
Y de su boda… ¡Ay Carmela! Lagrimones, vestido con ribetes de la bandera republicana, charanga, fiesta en la orilla del Tajo…
Por cierto, que su hermana y ella, para merendar, se iban a un arroyo cercano y ¡pescaban cangrejos de río que después iban directamente a la cazuela! Apasionada del teatro, lo ha practicado a nivel aficionado, por ejemplo en obras como «La casa de Bernarda Alba» o «Don Juan Tenorio»; y si hablamos de sexo…
Ja, ja, ja…
¿Se atreve a decir el lugar más raro donde ha practicado sexo? Y otra vez ja, ja, ja… Y otra…
¡¡¡Hasta encima de una alfombra!!!
Mañana más…