El consejero de Sanidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha dicho en una entrevista que con los datos actuales no sería necesario establecer la obligatoriedad de la vacunación, como sí se plantea Galicia, ya que la tasa de rechazo en los grupos que se han inmunizado hasta ahora es menor al 5%. «No nos planteamos sanciones, tenemos una negatividad baja», ha señalado.
Poco rechazo a la vacunación
Aunque no descarta que cuando la vacunación se extienda más allá de los grupos preferentes esta tasa de rechazo aumente, ha afirmado que en algunos casos como los mayores o los profesionales sanitarios esta cifra apenas llega al 2%.
Sobre el avance de la campaña de vacunación, ha reivindicado que «Castilla-La Mancha fue, en boca del presidente regional, Emiliano García-Page, la primera que propuso administrarla a los profesionales del sector educativo, pero siempre defendiendo que no sin antes de rematar la vacunación en los grupos más vulnerables».
Asimismo, ha explicado que su departamento ya prepara un documento que estará cerrado en la primera quincena de marzo para recoger aquellos grandes espacios en grandes localidades cedidos por ayuntamientos u otras entidades a fin de acometer la campaña de vacunación que se incentivará al tiempo que se aumenta el número de dosis disponibles con los futuros envíos.
Ofrecen los grandes espacios
El consejero ha recordado que ya son muchos los ayuntamientos que se han puesto en contacto con el Gobierno regional para ofrecer infraestructuras, algo que también han realizado otros organismos como el Arzobispado de Toledo con la Catedral, la UCLM con sus espacios o incluso Puy du Fou con su parque temático en Toledo.
Ahora toca «elegir los mejores» espacios ofrecidos para perfilar un plan de ataque eficiente a fin de conseguir una administración de vacunas lo más eficaz posible.
Según ha dicho, en pequeños municipios podría ser suficiente con los centros de salud de su área de influencia para completar la vacunación; mientras que en otros entornos incluso se pondrá en marcha la opción de que los ciudadanos reciban su dosis en sus propios vehículos.
Balance
Haciendo balance de los dos primeros meses de vacunación en la región desde que Araceli estrenó la campaña el pasado 27 de diciembre, ha reiterado que de los primeros grupos -residentes en centros sociosanitarios y profesionales de la sanidad-, en algunos segmentos ya se ha superado el 95% de administración de dosis.
En el corto plazo, los siguientes grupos que cogerán velocidad pasan por profesionales sociosanitarios de segunda línea y clínicas privadas, grandes dependientes y sus cuidadores y mayores de 80 años, estos últimos ya vacunados al 30%.
Con marzo ya estrenado, arrancará el denominado Grupo 6 en unas semanas, dedicado a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado -mas bomberos, Protección Civil y personal de emergencias sanitarias-, docentes y personal educativo de Infantil, Especial y Primaria, para terminar con la plana de Educación Secundaria -la docencia universitaria se queda fuera.
Rangos de edad
Este será el último grupo específico, ya que a partir de entonces serán los rangos de edad los que primen a la hora de priorizar los pacientes que han de recibir la vacuna, sin dejar de lado que pacientes crónicos, oncológicos o trasplantados podrán ser susceptibles de adelantarse sin atender a su edad.
Fernández Sanz ha tenido palabras optimistas para la efectividad de la vacuna, apuntando que toda vez que todos los residentes de centros de mayores están inmunizados, se está detectando un importante descenso en el ritmo de contagio hasta contar solo con 28 internos afectados en la actualidad.
Pasaporte Covid: «Controversia fundada»
Fernández Sanz ha hecho referencia al debate sobre la puesta en marcha de un Pasaporte Covid a nivel europeo para facilitar el turismo y trasvase de viajeros entre países.
Según ha opinado, existe por el momento una «controversia bien fundada» al respecto de que todavía no hay estudios consolidados que especifiquen si una persona que ha pasado la enfermedad o que tiene anticuerpos puede seguir transmitiendo la enfermedad.
De momento, presentar anticuerpos es garantía de que una persona está protegida, pero no descarta que pueda contagiar, por lo que este pasaporte solo da la seguridad de que «quien viaja, tiene seguridad», pero no la certeza de no propagar el coronavirus.