“Soy Rosana Braojos… Bautista, el apellido de mi madre es importante, es el apellido de una mujer“. Un testimonio que en la IV Jornada Soy Mujer puso voz a este año “increíble para los sanitarios; un año surrealista, de ciencia ficción”, en sus propias palabras. Ella lo vivió en el Hospital Provincial de Toledo.
Enfermera y actriz
“Soy enfermera rasa, no tengo ninguna especialización… Las enfermeras rasas estamos para todo: oncología, urgencias, pediatría…”, expuso. Pero esa es solo una de sus dos pasiones, porque además es actriz, titulada por la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid, tal y como contó ante los más de 300 alumnos y alumnas inscritos en la IV Jornada Soy Mujer, organizada por encastillalamancha.es y el profesorado Javier Rodríguez e Idoia Ugarte.
Y trabaja en sus dos vertientes. Durante el confinamiento, iba cada día al hospital a meterse en la boca de un lobo desconocido que se llamaba Covid. Por la noche, ya en casa, grababa monólogos, los compartía en redes sociales “y desconectaba de todo lo que estaba pasando”.
«La planta Covid se llenó en 10 horas»
“El 13 de marzo de 2020 se llena la primera planta Covid de nuestro hospital, una planta cerrada a cal y canto; no pasaba nadie, solo los trabajadores de la planta”.
«Ese día -relató- ingresaron un par de pacientes en la UVI, los quirófanos se quedaron listos para las intervenciones del lunes… Pero… el domingo, 15 de marzo todo cambió… Se suspendió la actividad quirúrgica. A las 12 de la mañana del lunes 16 de marzo empiezan a llegar camillas de pacientes Covid, sin parar, uno tras otro; en 10 horas, un turno y medio, toda la planta estaba llena”.
Recuerda perfectamente, y aún se emociona, el primer paciente que murió por coronavirus. Fue una mujer, de algo más de 40 años y con síndrome de Down. “Era la única persona que estaba acompañada en la planta, por una hermana, que a las 6 horas tuvo que ser ingresada porque se había contagiado”.
«No sabíamos como enfrentarnos, supongo que tampoco la funeraria»
La mujer con Down falleció sola y su cuerpo permaneció en la habitación hasta el día siguiente. “No sabíamos cómo enfrentarnos a esto y supongo que la funeraria tampoco”.
“Los primeros 15 días fueron una locura, poco a poco fuimos aprendiendo cómo iba esto, protegiéndonos, ayudándonos los unos a los otros… Pero era muy triste ver que cuando uno fallecía enseguida había otro esperando para entrar a la UVI. Lo único positivo fue que en nuestra planta ningún sanitario se contagió”.
Tres razones para no rendirse a la locura
En aquella intemperie, relata Rosana Braojos, hubo tres razones para no rendirse a la locura. “La primera, los pacientes, que se comportaron ejemplarmente. La segunda razón, el apoyo que sentimos de la ciudadanía, los aplausos a las 8 de la tarde, los mensajes de ánimo, las cajas de Donuts que nos mandaban… eso nos ayudó muchísimo. Y la tercera razón el trabajo en equipo que realizamos. El paciente no era de nadie, estábamos todos a una: enfermeras, celadores, auxiliares… Quedaos con esto, el trabajo en equipo, todos apoyándonos a todos”.
Este vídeo muestra los testimonios de otras compañeras:
«Nos unía el miedo»
Al principio la media de edad era de 50 o 55 años, no eran pacientes de 80. La situación cambiaba de un segundo a otro. Se quedaban sin oxígeno y había que salir corriendo a la UVI. Ella recuerda perfectamente todo. «Lo peor, los pacientes solos, la tristeza, no saber cómo enfrentarte a la situación… A casi todos nos unía el miedo, porque no somos héroes, solo hacíamos nuestro trabajo», concluyó su vibrante y emocionado relato.
Sin duda, era su trabajo. Pero lo hicieron heroicamente y con ello tiraron de la sociedad para poder enfrentarnos con confianza a un horror como el que la pandemia de Covid ha dejado en nuestras vidas.
La IV Jornada “Soy Mujer” se celebró el 4 de marzo y ha sido seguida por streaming por más de 300 alumnos de la Universidad de Castilla-La Mancha, desde varias facultades. Y ha contado con la colaboración del Instituto de la Mujer de la Junta de Comunidades, el Ayuntamiento de Toledo con el Festival FEM 21, la Diputación de Toledo y la propia UCLM.