Es uno de esos sucesos curiosos que solemos conocer cada cierto tiempo. Como el que protagonizó un joven durante el fin de semana pasado en la capital regional. Habían pasado 10 minutos desde la medianoche cuando varios agentes de la Policía Local procedieron a realizar la prueba del alcohol a un conductor que circulaba por la avenida de Barber. Como quiera que al «soplar» dio 0,78 (cuando el límite de lo permitido se sitúa en 0,25) procedieron a denunciarle por un supuesto delito contra la seguridad vial.De hecho, le inmovilizaron el vehículo y todo quedó a la espera del correspondiente juicio rápido y la sanción correspondiente.
Pero tres horas después se presentó en el propio cuartel de la Policía Local de Toledo y acusó a los agentes, tal y como informaron fuentes municipales, de que le habían sustraído el carné de conducir durante el incidente que les hemos narrado. Pero como no entraba dentro de la lógica, los propios agentes le dijeron que buscara bien entre sus pertenencias por si lo tenía ahí y no se había dado cuenta. Y, efectivamente, así era, puesto que al registrarse él mismo comprobó que, efectivamente, lo tenía en el bolsillo de su camisa.
Vivir para ver.