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viernes, 22 de noviembre de 2024
María Dolores de Cospedal a su llegada a la comisión del Congreso.
María Dolores de Cospedal, en una imagen de archivo durante una comisión de investigación en el Congreso. Foto - @Congreso_es
Juicio sobre la caja b en la Audiencia Nacional - 23 marzo 2021

La ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal ha negado la existencia de una caja B en el partido y el pago de sobresueldos a sus dirigentes procedentes de las donaciones de empresarios que, según el extesorero del PP Luis Bárcenas, entraban a formar parte de esa contabilidad opaca.

«No admito que haya ese sistema de pago de sobresueldos», ha dicho tajante en su declaración como testigo en el juicio por esa supuesta caja b que se está celebrando en la Audiencia Nacional y en el que ha comparecido por videoconferencia y con mascarilla.


Afirma que la contabilidad b no era del partido

Es más, ha indicado que esa «supuesta contabilidad» en B sería de «quien fue gerente o tesorero del PP», en referencia a Luis Bárcenas, pero «de quien no era, es del Partido Popular».

También ha defendido la legalidad de las donaciones que se recibían en el partido, y ha recordado que desde 2007, un año antes de ser nombrada secretaria general, dejaron de estar permitidas por ley las anónimas, al tiempo que ha negado que el presidente y el secretario general estuviesen al tanto de las donaciones.

«Le tengo que decir que yo nunca he conocido que se hicieran donaciones que no fueran regulares al PP», ha respondido a una de las acusaciones, a cuya instancia ha sido llamada a declarar como testigo.

Niega las entregas que Bárcenas aseguró que le hizo

Ha negado que, como dijo Bárcenas en el juicio en el que éste se enfrenta a 5 años de cárcel, él extesorero le diese 50.000 euros y otros tantos al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy procedentes de la devolución de un embargo que afectaba al PP de Pontevedra; o que en el verano de 2009 les entregase a cada uno 20.000 euros procedentes del saldo de la presunta contabilidad b del partido. «Eso es falso», ha reiterado.

«Yo solo acepto una contabilidad: la contabilidad oficial que fiscalizaba el Tribunal de Cuentas», ha añadido.

Aunque ha negado tener ningún tipo de enemistad con Bárcenas, al que ha evitado nombrar en la mayoría de las ocasiones, sí que ha admitido sentir desprecio hacia él, y ha recordado que cuando se publicaron «esas notas que él llama los papeles o caja B puse una demanda que le he ganado a esta persona hasta el Tribunal Supremo».

«Inverosímil» el pago en b de la reforma de Génova

Sobre el presunto pago en negro de la reforma de la sede del PP en la calle Génova, en Madrid, ha sostenido que se abonó mediante transferencias y facturas ordinarias, conforme a la ley. «La cantidad es lo suficientemente abultada para que no tenga que haber otro pago. Esa teoría me parece bastante inverosímil«, ha zanjado.

Cospedal, secretaria general del PP entre 2008 y 2018, fue también tesorera «accidentalmente por sustitución», según ella misma se ha definido, desde julio de 2009 a febrero de 2010.

Al acceder a la Tesorería de forma temporal ha asegurado que no tuvo comunicación con el tesorero hasta entonces (Bárcenas) y ha explicado que su función se limitó a gestionar el pago de facturas y las nóminas, y en ningún momento se le habló sobre saldos de cuentas ni de contabilidades paralelas.

Antes que ella ha declarado el expresidente del Senado Pío García Escudero, que también ha asegurado que «nunca» recibió ninguna cantidad del PP en efectivo y se ha desvinculado de varias anotaciones a su nombre en los denominados «papeles de Bárcenas»: una de 2003, de 6.000 euros, de la que ha dicho no tener «ni la menor idea»; y otra anterior, de 2001, de 1 millón de pesetas.

De esta última ha señalado que reconoce su nombre y la palabra «atentado», en relación al coche bomba que ETA hizo estallar en la puerta de su casa en 2001, y que motivó que pidiese un crédito de cuatro millones de pesetas al partido para hacer frente a los gastos de reparación del mobiliario, dinero que, ha resaltado, devolvió en cuatro plazos, entre 2001 y 2003.

Según ha indicado, acudió al secretario general, Javier Arenas, que le aconsejó que hablase con el entonces tesorero Álvaro Lapuerta, ya fallecido, quien le dio «todo tipo de facilidades», y ha asegurado que todo está perfectamente contabilizado.

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