jueves, 28 de noviembre de 2024
Está acampado en la Audiencia de Toledo 09/07/2013junio 12th, 2017

Santiago Moraleda, el hombre de 36 años de Villacañas (Toledo) que lleva nueve días en huelga de hambre para reclamar la custodia compartida de su hija de dos años, sopesa dejar también de ingerir líquidos si se permite la salida de España de la niña a partir del 15 de julio.

En declaraciones a Efe, Moraleda ha lamentado que ya lleve nueve días sin consumir alimentos y, a pesar de ello, no ha recibido una respuesta por parte de la Audiencia Provincial de Toledo, a cuyas puertas está acampado desde que inició su protesta.


Moraleda presentó hace unos días un borrador del recurso de apelación que quiere presentar ante la decisión emitida por el juzgado de instrucción número 1 de Talavera de conceder a la madre la custodia de la niña y que permite la salida de España de la menor a partir del 15 de julio, puesto que la madre quiere llevarla a Panamá junto con su actual pareja.

Pero alega que el recurso contra esta decisión no lo puede presentar porque el juzgado talaverano no ha respondido a una petición de aclaración de sentencia que hizo.

Moraleda ha explicado que, debido a su estado de salud que se está deteriorando por la falta de alimento y las altas temperaturas, unos vecinos de la zona han decidido llamar a una ambulancia para que le prestara atención sanitaria.

Sin embargo, ha afirmado que se ha negado a que le dieran asistencia médica hasta que «no se solucione» la custodia de su hija y se respeten los derechos de la niña y los suyos como padre.

«Los responsables de todo lo que me pueda pasar serán los jueces de la Audiencia, que no están haciendo nada», ha alertado Santiago, que ha apuntado la posibilidad de que, si llega el 15 de julio y no ha recibido una respuesta por parte de la justicia, deje de tomar líquidos, a pesar de las altas temperaturas.

Y ha advertido de que no tomará alimentos hasta que no obtenga una respuesta sobre la custodia de su hija y ha sentenciado: «hasta que no se respeten los derechos de mi hija o me muera, que será un suicidio inducido, porque yo no me quiero morir».

También ha querido aclarar que toda la familia de la niña, tanto por su parte como por parte de la madre, son de España y ha especificado que la madre no tiene ningún tipo de antecedente familiar en Panamá.

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