Santiago Moraleda, el hombre de 36 años de Villacañas (Toledo) que hace diecisiete días inició una huelga de hambre para evitar la salida de su hija del país y que ayer decidió dejar de beber, ha vuelto hoy a casa tras ser ingresado anoche en urgencias por deshidratación.
El presidente de la Asociación por la Custodia Compartida de Castilla-La Mancha, Javier Santos, ha explicado a Efe que Santiago fue trasladado al hospital por una ambulancia a las 23.00 horas de ayer tras sufrir un desfallecimiento.
Horas después, de madrugada, fue dado de alta en el centro hospitalario de Toledo, donde estuvo acompañado en todo momento por su hermano y por su padre, y volvió a casa.
Santos ha dicho que no conoce si Santiago Moraleda va a volver a la plaza del Ayuntamiento de Toledo, frente a la Audiencia Provincial, para continuar con la huelga de hambre, tal y como aseguró ayer a Efe.
En declaraciones a Efe dos horas después de dejar de beber, Moraleda dijo que iba a morir «por muchas ambulancias» que le enviasen, porque, a su juicio, es «la única opción» que le «deja» la justicia.
Santiago inició la huelga de hambre tras la decisión de un juzgado de Talavera de la Reina de conceder a la madre la custodia de la niña y permitir su salida de España desde el 15 de julio para cumplir el deseo de la madre de ir a vivir a Panamá con su actual pareja.
Ayer decidió dejar de beber después de no haber recibido una respuesta satisfactoria a su petición de custodia compartida de manera provisional por parte de la Audiencia Provincial de Toledo.
Tras la experiencia vivida, Moraleda ha asegurado encontrarse «muy débil» y ha afirmado que «es un poco complicado el pensar en volver» a esa situación por el sufrimiento y la propia presión de su familia.
«Una vez aquí, en casa, con el sufrimiento pasado, es un poco complicado pensar en volver a hacer huelga de hambre», ha dicho.