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viernes, 22 de noviembre de 2024
Los grandes bancos plantean escandalosas propuestas de despidos porque tienen menos beneficios - 24 abril 2021 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

CaixaBank tiene en marcha una campaña publicitaria en la que presume de su reciente fusión por absorción con Bankia y de ser «los primeros en estar contigo». Al mismo tiempo, ha anunciado que despedirá a 8.291 trabajadores (18% de su plantilla) y cerrará 1.534 sucursales, una de cada cuatro. Y sus más altos ejecutivos, como los de toda la banca en España, cobran unos salarios escandalosamente elevados. Es una indecencia que perciban muchos millones de euros mientras despiden a miles de personas, pero probablemente dormirán tranquilos e incluso satisfechos de despedir para salvar los intereses económicos del nuevo banco… y los suyos.

En ese anuncio, que emiten en la actualidad las cadenas de televisión, se escucha y lee esto: «CaixaBank y Bankia se unen para, juntos, ser los primeros en acompañar a millones de familias, para ser los primeros en apoyar a autónomos y empresas, en creer en los jóvenes y en estar con nuestros mayores. Para ser los primeros en estar contigo».


Falta algo ahí. Los responsables de la entidad bancaria resultante de la fusión deberían haber dicho a los creativos de esa campaña publicitaria que, para reflejar bien la realidad, añadieran esta frase. «CaixaBank y Bankia se unen para ser los primeros en despedir y en cerrar sucursales».

Los bancos siempre ganan

El sector bancario, como todos, está padeciendo las consecuencias de la crisis económica y, en su caso, también la derivada del proceso de digitalización. Pero, en contra de lo que ocurre en otros sectores, las entidades bancarias siempre ganan dinero, tanto en épocas de crisis como sin ella. Y sus más altos directivos siguen cobrando unos salarios escandalosamente elevados que deberían tener un límite máximo, como ocurre en otros países de la Unión Europea.

No hay que olvidar que, desde  2009, el Estado ha aportado más de 65.000 millones de euros de dinero público para la reestructuración del sector bancario (descontando ya en esa cifra lo poco que se ha recuperado) y Bankia fue una de las entidades beneficiadas de esa ayuda.

Pocos días después de esa mala noticia para los empleados de CaixaBank, otro de los grandes bancos españoles, el BBVA, ha anunciado que se propone despedir a 3.800 personas (16% de su plantilla) y cerrar 530 sucursales (22,5%). Además, el Santander ha negociado otro ERE que afecta a 3.572 trabajadores (ha despedido a unas 20.000 personas en la última década); el Sabadell va a prescindir de 1.800 con prejubilaciones, e Ibercaja ha acordado 750 despidos.

Despiden porque disminuyen sus beneficios, aunque no tienen pérdidas

El BBVA, lo mismo que otras entidades bancarias, ha comunicado a los representantes legales de los trabajadores que el despido de esas 3.800 personas se justifica por «motivos económicos por disminución continuada de beneficios». Esta es una de las causas que permite a las empresas efectuar despidos porque así se estableció en la reforma del mercado laboral que promovió en 2010 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, por exigencias de Bruselas, y endureció en 2012 el Ejecutivo de Mariano Rajoy. El banco también alega «motivos productivos y de organización derivados de la transformación digital”.

Pero esta entidad bancaria, lo mismo que las otras que han despedido o van a despedir, no pierde dinero sino que gana menos. El BBVA obtuvo en 2020 un beneficio neto de 1.305 millones de euros. Fue un 62,9% menos que el año anterior, como consecuencia de las provisiones que hizo para afrontar la crisis del coronavirus y por la pérdida de valor de su sucursal en Estados Unidos, pero fueron beneficios y no pérdidas. Al presentar las cuentas, su presidente, Carlos Torres, dijo que ese año «ha sido excelente». Entonces, ¿por qué propone un número tan elevado de despidos que los sindicatos consideran escandaloso e insostenible?

Muchas empresas, de todos los sectores, han negociado con los representantes de los trabajadores expedientes de regulación temporal de empleo, recortes salariales y otras medidas de ahorro para evitar despidos. Las entidades bancarias que han anunciado ERE con miles de despidos deberían estudiar medidas alternativas para reducir al máximo la rescisión de contratos y el cierre de sucursales. Tampoco han pensado en los vecinos de pueblos pequeños que se quedarán sin ninguna sucursal bancaria para realizar sus operaciones, probablemente porque esos clientes les aportan poco beneficio. ¿Habrá que volver a la antigua práctica de quienes guardaban sus pocos ahorros en el calcetín?

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